CIRO CASTILLO
Todo el show que se armó en Baja California para que Jaime Bonilla Valdez se quedara cinco años en lugar de dos en el gobierno, terminó este lunes en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde topó con pared.
Ni ministros, a quienes se suponía cercanos al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como Margarita Ríos Farjat, votaron en favor del “capricho” del gobernador bajacaliforniano, quien hace pocos días se había declarado “chamaqueado”, porque cuando le dijeron que competiría no le indicaron que sería por dos años.
Nadie cuerdo quiso arriesgar el pellejo ante una “Ley Bonilla” que había nacido prácticamente muerta. No tenía futuro, por más que le quisieran buscar tres patas al gato.
Por unanimidad, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declararon inconstitucional esa legislación, lo cual significó un trago de agua para muchos en México, quienes temían que la Corte votara al revés y entonces sí estaría en riesgo la autonomía de uno de los pocos organismos que pueden presumirla.
Los ministros consideraron a la «Ley Bonilla» como un fraude a la Constitución, a la ley y a la voluntad popular.¡Plop!
NO REELECCIÓN
Si la Corte hubiese dejado pasar el capricho de Jaime Bonilla, a quien muchos señalan de tener más sangre estadounidense que mexicana, se abría la posibilidad de que cualquier Congreso local estirara o acortara el mandato de un gobernador.
Fernando Franco, ministro ponente, presentó como uno de los argumentos más sólidos el hecho de que los ciudadanos al momento de votar deben tener la certeza de para qué cargo y por cuánto tiempo eligen a sus representantes, y esto no ocurrió en el caso.
Otro ministro, Juan Luis González Alcántara Carrancá, dijo que fue violentado el principio de certeza jurídica, pues una vez que ya se había elegido a gobernador se pretendía alargar el mandato.
La Ley Bonilla era prácticamente una reelección, dijo Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, lo que también habría abonado a la especulación de que Andrés Manuel López Obrador tiene la intención de reelegirse y “el bonillazo” era solamente un ensayo. ¡Plop!
TRANQUILO, PERO INQUIETO
Este mismo lunes, Jaime Bonilla tuvo que salir a tragarse sus palabras y decir que acata la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Qué más le quedaba.
Sin embargo, el también senador con licencia no quiere terminar la batalla y se ha comenzado a especular que renunciaría al cargo e intentaría, en su momento, competir por el gobierno estatal.
Podría en su caso, impulsar a los candidatos de Morena que participen en la siguiente contienda que sería en 2021.
Por ahora todo queda en mera especulación. Por ahora lo que vale es que la Corte dejó claro que México ya no es el mismo de antes. Algo hemos avanzado. Algo hay de eso que llaman separación de poderes. ¡Plop!
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