Sr. López
Sinvergüenza, desvergonzado, descarado, caradura y otros términos que consigna el diccionario de sinónimos, apenas alcanzan para calificar a algunos que ha conocido este menda. Tío Ricardo, por ejemplo, que compró un edificio de seis departamentos, uno para él y su señora (tía Olivia), otro para su ex esposa (tía Martha), y los otros cuatro para queridas con las que tuvo hijos, doña Toña, Lupe la Morena, Lupe la Güera y Estrella, una que fue rumbera; y tan tranquilo les hizo saber a las seis que no era obligatorio cambiarse a vivir ahí… pero con una que fallara, no le escrituraba a ninguna (tía Olivia fue la que mayor labor de convencimiento hizo con las demás): sinvergüenzas todos.
Otro caso, el de la prima Geña (Eugenia), que supo con suficiente anticipación que el novio se le rajaba para lo de la boda y le pidió que por amor de Dios no dijera nada… siguieron llegando regalos y se quedó con todos (y en aquellos ayeres, se regalaba bien; ya muy mal la cosa, algo de plata maciza): caradura.
Estaba el del teclado seguro de que nadie superaría esas cotas de cinismo cuando el sábado y domingo pasados, Morena realizó la elección interna de sus tres mil coordinadores distritales, en 20 estados de la república, asunto muy importante porque en agosto, de entre los tres mil se elegirán sus 32 Comités Ejecutivos Estatales; luego, en septiembre, en el III Congreso Nacional de Morena (que sesiona cada tres años), de entre ellos saldrán los miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) morenista con excepción de las carteras de Mario Delgado y Citlalli Hernández, quienes serán ratificados como presidente y secretaria general, hasta 2023.
Matadero de pájaros con un solo tiro.
Pero el asunto salió fatal y varios muy conocidos y connotados morenistas acusan que fue un batidero en al menos 16 estados: boletas falsas; acarreos; distribución de papeles para “orientar” el voto; compra de voto; intervención de funcionarios públicos; uso de recursos públicos; robo, destrucción o quema de urnas y papelería electoral; ‘embarazo’ de urnas; violencia; exclusión de escrutadores responsables del cómputo de votos; votación varias veces de las mismas personas. En resumen: las prácticas del Manual del Mapache nada más que aplicadas mal y a lo descarado, como se ve en muchos videos en las redes sociales.
Tanto el Presidente de nuestro país como el de Morena, ya salieron a celebrar su proeza democrática y para explicar que sí hubo algunas anomalías pero poquitas y serán revisadas para si hace falta, anular la votación de alguna casilla y repetirla, cosa que desde luego es de dudarse dadas las prendas democráticas tan propias de su dirigencia. Aquí se rompió una taza y cada quien para su casa.
Cada quien con su golpe. El que se lleva se aguanta. Si ya sabe cómo son ¿para qué le entró?También han celebrado ambos presidentes, el de nuestro país y el de su partido, la copiosa votación, la respuesta masiva del pueblo, muy entusiasmado en participar en la elección de sus dirigentes. Sostuvo ayer el Ejecutivo: “(…) me pasaron un reporte en la mañana y considero que fue una buena jornada democrática porque participaron alrededor de dos millones 500 mil ciudadanos (…) muchos que no eran militantes de Morena, me informan, se inscribieron; al mismo tiempo se estaban afiliando a Morena (…)”. Prodigio.
Como hipótesis de trabajo, el del teclado propone a usted, dar por buena la versión presidencial completa, sin dudas que serían propias de un fifí-conservador adversario de la transformación de la patria. Sin hacer gestos: todo lo que dijo el Presidente de nuestro país es cierto. ¡Listo!Así, lo primero que veremos será la anulación de algunas casillas -poquitas- y que repitan el numerito. No hay problema. Con eso quedará pasteurizada y homogeneizada la democracia morena. ¡Perfecto!Lo segundo es aceptar que acudieron a las urnas y votaron dos y medio millones de tenochcas ansiosos por hacerle el caldo gordo a Morena.
Muy bien… ¿muy bien?… mmm… no, ya torció la puerca el rabo:Suponga usted que todas las casillas estuvieron abiertas ocho horas, aunque algunas se abrieron las dos de la tarde; el sábado abrieron 345 y el domingo, 197; no haga caso: todas, ocho horas recibiendo votantes fluidamente, sin achuchones ni sombrerazos, con el detalle de que antes de votar se tuvieron que afiliar algunos de ellos, porque la ley ordena que en votaciones internas solo participen miembros del partido que se trate; ¿cuántos tuvieron que afiliarse en ese momento?, pues muy fácil, en octubre de 2019, Morena publicó su padrón con 313 mil 972 de militantes, póngale 314 mil para cuentas rápidas; esto significa que 2 millones 186 mil votantes se tuvieron que afiliar para poder votar.La cuenta con las 345 casillas, da en cada casilla 7,246 personas; entre sábado y domingo, 3,623 alegres tenochcas por día (las casillas del INE se calculan para 750 electores, digo). Morena, con estas cuentas a su favor, 3,623 por día… 452 por hora… 7 por minuto, afiliándose primero a Morena 2 millones 186 mil y votando después. La cuenta real sería considerando que el domingo solo abrieron 197 casillas, pero no hay que ser fijados.Y sin andar de fijados, es IMPOSIBLE que voten siete gentes por minuto. Haga memoria de cuando ha ido a votar.
La verdad monda y lironda es que No es cierta la cantidad de votos y que sí fue un cochinero.Otro detalle sobre los triunfos morenistas: en 2018, juntaron arriba de 30 millones de votos; en 2021, bajaron a 17 millones y pico; en la revocación de mandato, bajaron a 15 millones 159 mil votos; y en su interna alardean por 2 y medio millones que ni son ciertos.
Si siguen ganando así, se van a hundir.
Algún apasionado podría afirmar que en menos de cuatro años, Morena acumuló el desgaste que el PRI acopió en 70 años, pero eso es injusto: Morena es la continuación del más viejo PRI y su edad biológica (no la legal), es de 74 años. Y el elector tenochca sospecha que le están contando la del gato con los pies de trapo…