LA FERIA/Sr. López
Ya sabe que la abuela Virgen (la de los siete hijos), todo lo hacía rezando, desde unos huevos tibios. Para ella, si un nieto reprobaba año, su mamá no le rezaba a Santo Tomás; si una sobrina resultaba más embarazada de lo aceptable entre hijas de familia solteras -en aquellos años-, era por no rezar el santo rosario en familia; y cuando se voló la barda fue el día en que le fueron a cortar la luz y les dijo que no podían hacerle eso, que ella le rezaba diario a su patrona, la Virgen de la Luz. Igual se la cortaron. Y muy mortificada decía: -Me faltó fe… le voy a rezar más a la Virgencita -bueno, sí, pero primero, pagar.
Ayer en Río de Janeiro, Brasil, nuestra Presidenta participó en la Cumbre del G20, foro internacional al que pertenece nuestro país y que sirve para deliberar sobre política y economía, esto es: no sirve para nada; delibera, considera, reflexiona, con atención y detenimiento, pero no adopta decisiones que obliguen a nada a los participantes. A nada.
En su galano discurso en la inauguración, doña Sheinbaum dijo algunas cosas de esas que sirven para el condescendiente aplauso y hasta para ser reconocida por el respetable, como señora de buena fe y mejores intenciones aunque menos informada de lo exigible entre jefes de Estado.
Dio inicio a su intervención, diciendo: “Vengo a nombre de un pueblo, generoso, solidario y sabio a hacer un llamado a las grandes naciones a construir y no a destruir. A forjar la paz, la fraternidad y la igualdad. Llámennos idealistas pero lo prefiero a ser conformistas”. Rumor entre los asistentes… ¿paz, fraternidad?… ¿y los 200 mil homicidios en México del sexenio anterior? Silencio educado.
Le siguió: “(…) provengo de un grandioso pueblo que decidió fundar por la vía pacífica, una nueva historia para mi patria”, afirmó muy sueltita. “Desde que inició nuestro proyecto político en el año 2018, México está construyendo un nuevo rumbo (…) por el bien de todos, primero los pobres”. Crecieron los rumores entre los presentes: ¿es candidata a algo?… pero los más enterados por bien servidos se dieron de que no les espetara: ¡es un honor estar con…! Ya aprenderá a mover el abanico… o no.
En síntesis, el discurso de la señora giró en torno a la idea de que está fatal que en el mundo se gaste más dinero en armas que en combatir la pobreza (y el cambio climático, tema que en otra ocasión podemos tratar, en un Apartado Humorístico). Preguntó:
“¿Qué está pasando en nuestro mundo que en tan solo dos años el gasto en armas creció casi el triple que la economía mundial?” Bueno, señora, hay un par de guerras muy gordas, sabe, Rusia invadió Ucrania; y Palestina e Irán se le fueron encima a Israel, que los está destazando. Y eso se hace con armas, si puede usted imaginarlo. Pero sin esas guerras, resulta que el mundo gasta por ahí de la mitad en armamento que en salud, sin considerar todos los programas sociales, dato del Banco Mundial. Y no es sano comparar el crecimiento de un sector con el de todo el mundo, así, la señora de las quesadillas, resulta que en porcentaje crece más que el PIB de México, que es el 1%… y no vamos a comparar.
Añadió: “¿Cómo es que la economía de la destrucción alcanzó un gasto de más de 2.4 billones de dólares? ¿Cómo es que 700 millones de personas en el mundo aún viven por debajo de la línea de pobreza?”. Vaya, con que usando datos de internet.
Bueno, sí, parece que eso se ha gastado en armamento, pero es que repartir flores no detiene invasiones ni neutraliza misiles. La pregunta es otra, doñita: ¿cómo es que hay países que invaden al vecino, cómo es que hay organizaciones terroristas cobijadas por países, que asesinan y secuestran judíos?… no se equivoque, señora Presidenta, no quiera darle clases de pacifismo a países que se están defendiendo, sin siquiera mencionar a los agresores. O mejor: no se meta en asuntos ajenos.
Y de los millones en pobreza, hay otros datos, por ejemplo los del Banco Mundial: el crecimiento económico ha llevado a una caída sostenida en la proporción de personas en situación de pobreza en el mundo. Con el índice multidimensional que se usa hoy para medir la pobreza, la población en pobreza extrema en 1820 (1820, fíjese bien), era el 90% del mundo (90%), y desde el año 2015, la pobreza extrema global ya bajó a un solo dígito, el 9.1% (los 700 millones que dijo la Presidenta).
Nunca ha habido menos pobreza en el mundo y lo que se diga es discurso facilón que engorda burocracias y fortalece autoritarismos… y por cierto, mejor que combatir la pobreza, hay que fomentar la riqueza, esa que le saca ronchas a los de la izquierda mareada, corta de vista y de uñas largas (hay de otra).
Remató: “Reduciríamos la migración, el hambre, si tan solo elevamos la palabra amor por encima del odio, la generosidad de la persona humilde y desposeída, por encima de la avaricia y el deseo de dominación. Me niego a pensar que somos capaces de crear la inteligencia artificial e incapaces de dar la mano al que se quedó atrás”
Lindo. Amor, amor, amor… nació de ti… nació de mí… de la esperanza. Pero ándese con cuidado, doña Sheinbaum, los incapaces de dar la mano al que se quedó atrás, son ustedes. Si no, explíquele a todos nosotros los del peladaje que en su presupuesto (suyo de usted), respecto de este año, se reduce el presupuesto para educación pública el 1.5%; que el de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana baja un 36.2%; y a la Secretaría de Economía, le toca un 12.9% menos. Ha de ser porque educación, seguridad y economía, son secundarias o materia resuelta. Seguro es eso… o no.
Pero eso es lo de menos ante el recorte a la secretaría de Salud, el 34.1% menos que este año, el menor presupuesto que en cualquiera de los últimos seis años.
Así, el sector salud recibirá el próximo año 66 mil 693 millones… y la Secretaría de la Defensa, 151 mil 995 millones de pesos… el dinero para los militares es 228% más que para la salud… y nuestra Presidenta dando lecciones al mundo de humanismo cuatrotero, tan oronda.