Sr. López
Como bien sabe usted, el primo Danielito tenía IQ de nopal sin desflemar; era tonto de no poder mascar chicle y caminar al mismo tiempo… perdía el paso. Terminó Secundaria a los 26 de edad y su promedio desde Primaria fue de 6 (nunca sacó un 7). Danielito era muy educado y simpático, quien no lo conocía creía que las tonterías que decía eran bromas. Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, decía que pasaba de año por compasión de los maestros. Era cierto. No hizo Prepa, ni lo intentó. No era tan tonto.
Ayer la prensa nacional se dio vuelo con la noticia de que México salió reprobado (feo), en la prueba PISA 2022, que realizó la OCDE, que es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, a la que pertenece México
Según el propio gobierno la principal función de México como miembro de la OCDE, es servir como puente de comunicación entre los países industrializados y los países en desarrollo, en especial de Latinoamérica. No nos hacen caso pero la intención es buena.Da igual, la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, por sus siglas en inglés), mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura. Advierte la OCDE de que la prueba PISA, no evalúa alumnos, sino al sistema en el que están siendo educados. ¡Ay!
El estudio PISA analiza cada tres años en más de 70 países, el rendimiento de estudiantes de 15 y 16 años en matemáticas, lectura y ciencias. En el 2022, se examinó a 700 mil estudiantes. Ese 2022, México quedó otra vez muy abajo del promedio y salimos peor que en 2018. Vamos para abajo y no necesitamos la PISA para intuirlo.
La prueba de matemáticas es muy difícil, preguntan por ejemplo, qué longitud es mayor en dos rutas a un mismo sitio (algo así como si es más largo el camino México-Veracruz directo o vía Guadalajara, dando los kilómetros de ambos recorridos, no se crea que son preguntas capciosas), o pedirles que conviertan el precio de algo de una moneda a otra… si un pan cuesta 15 pesos, cuántos dólares cuesta un pan si el dólar valiera 15 pesos… ¿les dejarán usar calculadora?, es pregunta.
En lectura los ponen a leer algo y les preguntan qué leyeron… sólo el 1% de los estudiantes mexicanos aprobaron bien tan inmensamente difícil prueba. En ciencias ni le digo, también súper reprobados. El reporte de la OCDE señala que 7 de cada 1000 estudiantes mexicanos llegaron a niveles destacados en la evaluación. Arde la cara.
En la OCDE por supuesto se les ocurrió relacionar el bajo rendimiento con la pobreza. Ya imagina cómo nos fue. Sin duda es una desventaja para los estudiantes, ir con la panza vacía a la escuela. No nos gusta… pero así estamos.
Para desconsuelo y tristeza de la OCDE y de quienes hacen ese perverso examen PISA, ayer nuestro Presidente les aclaró paradas: “Nosotros no los tomamos en cuenta porque todos esos parámetros se crearon en la época del neoliberalismo (…) lo que querían era impulsar supuestamente la calidad de la enseñanza, la excelencia y desaparecer la educación pública, degradándola (…) esas pruebas son parte de lo mismo, es como si yo tomara en cuenta una opinión del Fondo Monetario Internacional (…)”.
Ya se sospechaba que este gobierno no toma en cuenta a PISA, pero involucrarla junto con la OCDE en el intento (inexistente) de desaparecer la educación pública en México, es ir muy lejos. Quién sabe de dónde sacó esa información el Presidente, pero da lo mismo, es tan fácil como que hubiera cancelado la evaluación de México, en vez de haber ratificado el 3 de mayo de 2021, tanto él como la SEP, que “el país seguirá participando en la prueba PISA y que su aplicación se realizará en 2022 pues es necesario que los estudiantes estén en las aulas” (?).
De hecho en la mañanera de ese 3 de mayo, el Presidente dijo sobre PISA: “Todo lo que signifique mejorar la educación es apoyado, es respaldado, todas las pruebas y estamos nosotros participando”; los reporteros insistieron en preguntarle si México seguiría aceptando la prueba PISA y respondió: “(…) sí, sí. No tiene por qué no continuar”.
Bueno, es de sabios cambiar de opinión y ahora a PISA no la toma en cuenta y es parte de un plan secreto e inexistente, para desaparecer la educación pública. De lo que se vienen uno a enterar.
Lo que sí es de considerar con cuidado es eso de que no toma en cuenta una opinión del Fondo Monetario Internacional (FMI). Parece que nadie le ha dicho al Presidente que México participó destacadamente en los trabajos fundacionales del FMI y el Banco Mundial, de hecho, nuestro país cerca del fin de la Segunda Guerra Mundial en 1944, participó muy activamente en las conferencias de Bretton Woods, representado por su secretario de Hacienda de entonces, el inmenso Eduardo Suárez Aránzolo, quien presidió uno de los tres comités fundacionales (los otros dos los presidieron John Maynard Keynes y Harry Dexter White, para que calibre la enormidad que era el señor Suárez).
El FMI se fundó entre otras cosas para evitar las devaluaciones cambiarias que provocaron la Gran Depresión en los 30 y asegurar la estabilidad del sistema de pagos internacional y tipos de cambio que permitan que los países efectúen transacciones entre sí. Poquita cosa. Está integrado por 190 países y hace préstamos sin intereses a sus miembros, además de asesorar a las naciones que lo integran para alcanzar estabilidad económica y evitar crisis.
En noviembre de este año México renovó con el FMI su Línea de Crédito Flexible, por 35 mil millones de dólares para caso de apuro. Ojalá le digan al Presidente, no vaya a ponerse trompudo el FMI… y haya apuro
Y lo de la educación pública en México hoy, no tiene misterio. No es prioridad para el gobierno. Por eso el despelote de los libros de texto y la Nueva Escuela Mexicana (ni la burla perdonan). Y por lo mismo, le reducen el presupuesto: en el quinquenio 2019-2023, le han invertido 104 mil millones de pesos menos que en el de 2013-2017. Lo que pregonan es música de viento