EDG INFO
Jorge de la Cruz es una de las figuras destacadas en la preservación y transmisión de la música tradicional zoque en Tuxtla Gutiérrez. Como maestro pitero de la mayordomía zoque de la Virgen del Rosario, su labor va más allá de interpretar sones rituales; es un guardián de la identidad cultural de su comunidad.
Desde su adolescencia, Jorge de la Cruz se vio inmerso en la música tradicional, aprendiendo de los grandes músicos de su comunidad mientras participaba en ceremonias religiosas de profundo sincretismo. Su talento y compromiso lo llevaron a ser reconocido como maestro músico, un título otorgado por las autoridades zoques y que implica no solo el dominio de la interpretación, sino también la responsabilidad de enseñar y preservar la tradición.
Uno de los aspectos fundamentales de su labor es la elaboración de instrumentos, especialmente tambores tradicionales, los cuales acompañan al carrizo en la ejecución de los sones característicos de las fiestas rituales. Según el maestro, la música zoque es compleja y cada son debe interpretarse en el momento adecuado, dependiendo de la festividad, el ritual o la veneración de una imagen religiosa.
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Melodía de tambor y pito
En esta y muchas otras tradiciones, el tambor y el carrizo siempre van juntos, generando una melodía única que da vida a las celebraciones.
El cargo de maestro músico no es un título que se otorgue al azar; se hereda al alumno más destacado o a quien esté preparado para asumir la responsabilidad cuando el maestro en turno ya no pueda continuar. Para Jorge de la Cruz, este legado es primordial, pues su misión no solo es tocar en festividades, sino también enseñar a las nuevas generaciones la elaboración de instrumentos, su afinación y la correcta ejecución de los sones.
Los sones y su legado
La música tradicional zoque cuenta con 15 sones, algunos de los cuales han dejado de interpretarse con el paso del tiempo. Sin embargo, el maestro retoma el trabajo de sus maestros, para mantenerlos vigentes, consciente de que la música no solo acompaña las festividades, sino que también anuncia, guía y refuerza el sentido de identidad de la comunidad.
Algunos sones cumplen funciones específicas, como los de petición y agradecimiento, fortaleciendo así el vínculo entre lo sagrado y lo cotidiano en la cultura zoque.
El compromiso de Jorge de la Cruz con la música tradicional es un reflejo de su amor por sus raíces y su deseo de que las nuevas generaciones, valoren y preserven este arte ancestral. Su labor es un ejemplo de resistencia cultural, asegurando que el sonido del tambor y el carrizo continúe resonando en las festividades y la historia del pueblo zoque.