Por @Vlátido
UnoRaisa murió hace dos semanas. Por su edad ya no quiso seguir. Tenía 15 años. Cuando la adoptamos era tan chiquita que se dormía en su plato. En este último año había dejado de comer, teníamos que asistirla. Le dábamos en la boca, le preparábamos papillas. Un día simplemente no quiso que la alimentáramos. No quiso más.
Sigo pensando qué planta será su próxima morada. Eso hicimos cuando murió Gorbachov. Sembramos un limón y lo abonamos con sus cenizas. El espacio de la jardinera la sigue esperando, a Raisa y su metáfora.
Dos La memoria es del tiempo, de nuestra historia. Sus caminos son misteriosos y a veces etéreos. ¿Cómo luchar contra el olvido? Recordamos lo memorable y también lo execrable. Hacemos monumentos y otras cosas. Sembramos plantas, por ejemplo.
Mis amigos dijeron que sembrara una planta perenne pero que, además, tenga una finalidad práctica. Algo que use. O una bugambilia blanca. Me gustan las bugambilias, sus hojas al viento que engalanan las calles. También jazmines o 7 virtudes. Me imagino a Raisa floreciendo.
TresSomos un relato y escribimos nuestras propias ficciones. La memoria es una de ellas. La metáfora es un recurso, a veces. Otras veces es la memoria misma. Porque así recordamos. Somos nuestros propios héroes y villanos.
La acción de contar requiere de una mirada atenta al tiempo, a lo que pasa en ese impalpable espacio. Es el sitio de las acciones. Cada una de ellas tiene un significado, las recordamos según nuestro deseo. Las convertimos en metáfora, ese lugar trastocado.
CuatroA unas cuadras de la veterinaria hay una tienda de ropa. Caminé a comprar una frazada. Habíamos dicho que sí, decidimos la eutanasia. Ella estaba desmayada. Pregunté por una cobija pequeña. Para bebé tenemos éstas, me dijo el empleado. Esa está bien, le dije.
Raisa parecía dormida. Ya, me dijo Talita. La envolvimos con la frazada y la pegué fuerte a mi pecho. Dos horas después estaba en una urna chiquita, como ella.
Mientras decido qué sembrar, la frazada es nuestro lugar de memoria, su metáfora.