La importancia de cambiar el paradigma en Chiapas

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LUIS ARMANDO MELGAR

En este espacio hemos dicho que, con la nueva visión que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para el ejercicio del poder público, el sureste -y Chiapas en particular- tendrá un crecimiento y desarrollo sin precedentes en la historia de México.

El principio de anteponer los intereses de las regiones más pobres, esto es, de quienes se han quedado al margen del mayor desarrollo que ha tenido el país en el centro y el norte, es sin duda la columna vertebral de sus políticas sociales.

Justo por eso, a unos días de que se presente el Paquete Económico 2019 en el Congreso, debemos centrar la atención -sí en los programas para apoyar a los jóvenes, a los estudiantes, adultos mayores, etc.-, pero sobre todo, en la inversión que se hará en la infraestructura de la región.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), debe separarse con claridad el gasto corriente del productivo, y poner el énfasis en este último, porque será el que permita construir una sólida base de crecimiento y desarrollo. Esta es condición indispensable para que haya más empleos, mejor pagados, y un nivel de vida más alto.

Hay que apostarle a la generación de riqueza para acabar con la pobreza y eso sólo se logra apoyando a los empresarios productivos, primero que nada, con la infraestructura adecuada.

En este sentido, es indispensable que se consideren en el PEF 2019 -además del Tren Maya y otros proyectos prioritarios como la modernización y construcción de refinerías o rescate del Istmo de Tehuantepec-, obras de menor tamaño pero de gran trascendencia social, como la construcción de caminos rurales de concreto hidráulico hacia todas las cabeceras municipales, que será intensiva en mano de obra.

Asimismo, se requieren recursos etiquetados para infraestructura estatal, como la pendiente autopista Palenque – San Cristóbal, la Carretera Fronteriza del sur, la conclusión del Malecón y el muro de contención de Puerto Chiapas, así como la rehabilitación de la carretera costera, entre otras, que harán de Chiapas un estado más competitivo.

Durante el sexenio anterior, el gasto en inversión púbica se desplomó 24 por ciento en términos reales. A causa de ello, los recursos destinados a infraestructura o bienes de capital, pasaron de 23.4 por ciento del gasto total al inicio de esa administración, a sólo 16.9 por ciento este año.

Un país que priorice el gasto corriente sobre el productivo, está condenado al atraso. Eso llegó a su fin, o al menos, es lo que se espera del próximo PEF.

Sin embargo, vale la pena insistir en que los diputados, que tienen la facultad exclusiva de discutir y aprobar el PEF, no echen en menos la infraestructura local pendiente, y que los recursos que les destinen queden etiquetados para garantizar su aplicación directa de manera productiva.

El efecto multiplicador que tendrían estas inversiones locales, maximizaría los beneficios de los proyectos estratégicos del gobierno federal y del nuevo gobierno del estado.

Es probable que el Paquete Económico 2019 ya contemple algunas de estas y otras obras relevantes en Chiapas. No obstante, si no es así, aún es tiempo para que el equipo que encabeza el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, las incluya.

El presidente AMLO tienen enfrente una oportunidad histórica para echar a andar la economía del sureste, y no la va a desaprovechar. Lo mismo hará el gobernador Rutilio Escandón, con la seguridad de que el gobierno que comienza será de éxito en lo económico, para que lo social, vaya bien.

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