Hiedra del mal: La Feria

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SR. LÓPEZ

Mundo raro el de la información publicada en cualquiera de sus modalidades. Se supone que los medios de información (“los medios”, se dice para ahorrar aire), existen para dar noticia de hechos de esos que llaman la atención del respetable, trátese del estado que guardan las nalgas de la señora Guzmán; el divorcio de un expresidente; el modo recién descubierto y original de saquear al erario (tiene que ser original, si no, no es noticia); la tragedia más atroz (de 43 fiambres para arriba, si son menos, en México es nota de páginas interiores); alguna hazaña deportiva, artística, social o amatoria (como el imbatible récord del actor Charlie Sheen: cinco mil mujeres recipiendarias de sus secreciones glandulares, marca solo igualada por su majestad Juan Carlos I de España, proeza anulada precisamente por su condición de Rey, pues obtener los favores de una dama, siendo Rey, es jugar con ventaja: a ver quién es la señora que se las niega a un monarca y pierde para siempre la oportunidad de contarle a sus amigas lo que es una real coyunda… y además, por pura curiosidad, porque coronas vemos, cetros no sabemos).

Establecido lo anterior, no dejan de ser raras algunas cosas que se publican como noticia en México, como que hace frío en invierno, que en Semana Santa se retacaron las playas de Acapulco, Veracruz y Oaxtepec (está en Morelos, sí, pero cuenta como destino de playa, no alegue con un tenochca en calzones con tres “Caguamas” entre pecho y espalda); que llueve en tiempo de lluvias; que el señor Presidente dio una conferencia de prensa, y ayer mismo, que el  jurado encontró culpable al señor Joaquín Guzmán Loera, alias el “Chapo”, cuando lo que hubiera sido noticia (gorda), fuera que lo declararan inocente (“no culpable”, pues en el extraño sistema jurídico yanqui, nunca se declara inocente a nadie, solo “no culpable”… sus razones tendrán).

Sí, señoras y señores, como si hubiera renunciado el Trump, como si un benefactor anónimo hubiera liquidado la deuda pública nacional, como si Salma Hayek se hubiera tomado una foto sin escote, ayer se tupieron los sitios de noticias al minuto en internet, con el veredicto de culpabilidad del Chapo al que después de tres meses de juicio -totalmente ilegal, por cierto-, después de que la fiscalía acumuló 300 mil documentos incriminatorios y 117 mil grabaciones de conversaciones empresariales del caballero; 56 testigos después (criminales todos, todos confiables precisamente por haber declarado en su contra previo soborno legal de la reducción de las penas de cárcel que les tocan), después de casi 50 millones de dólares en gastos (en los EUA es igual que en cualquier pueblo rabón de acá: se hace justicia cueste lo que cueste); finalmente y como Hazaña de la Ley, doce jurados unánimemente, después de seis días de deliberar,  lo declararon culpable de todos los cargos, cosa que hubieran hecho en un cuarto de hora, gratis, doce “boy scouts”, doce monjitas del Verbo Encarnado o los doce apóstoles, sin necesidad de juicio ni testigos.

Lo interesante pudieran ser los cargos de los que después de esa hercúlea tarea, fue encontrado culpable:

Cargo 1.- Participación continua en una empresa criminal: por sus relaciones comerciales con otras bandas criminales; por haber violado 26 normas internacionales que prohíben distribuir cocaína, heroína y mariguana; y la conspiración para cometer asesinato (ojo: “conspiración”, al señor no lo declaran culpable de haber matado ni una mosca).

Cargos 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8.- variaciones para banda y redoba sobre el mismo tema: conspirar para producir y distribuir drogas (ojo: “conspirar”, no haber hecho cochinada y media, solo haber “conspirado”, haberse puesto de acuerdo con otros).

Cargo 9.- Uso de armas de fuego (… sin comentarios).

Cargo 10.- Conspiración para blanqueo de ganancias producto del narcotráfico (según los fiscales de allá, unos 14 mil millones de dólares… ¿on’tan… o no hay un solo banquero en el planeta embarrado hasta las cejas?).

Encontrar culpable de estos cargos al señor Chapo, es como si hubieran juzgado a Hitler en Nuremberg y lo hubieran declarado culpable de conspirar para cometer crímenes, uso de armas de fuego y violar algunas normas internacionales, sin mencionar seis millones de muertos en los campos de concentración, por ejemplo.

El señor juez Brian Cogan, que presidió muy seriecito el ilegal juicio, pues no tiene jurisdicción ni facultades (el Chapo fue extraditado para ser juzgado en California o Texas: Nueva York jamás solicitó su presencia… y ya con el Chapo por allá, ni California ni Texas); el señor juez de ninguno de nuestros respetos, dictará sentencia el 25 de junio, dicen que le va a recetar cadena perpetua… ¿qué tanto le va a pensar?

Otra cosa que sí hubiera resultado verdaderamente noticia, serían todos los testimonios que el juez ordenó quedaran reservados (en secreto).

Aquí queda muy claro que el único que paga los platos rotos es el Chapo, que por supuesto que los rompió, pero al mismo tiempo queda claro que no pudieron o no quisieron juzgarlo de todas las que sí hizo, ni ventilar qué socios ni bancos, le manejaban su dinerito porque, créalo, esas bárbaras cantidades no se manejan en efectivo.

También hubiera sido noticia que la fiscalía hubiera presentado testigos que no fueran criminales convictos. Y que a resultas de todo lo mucho, muchísimo, que investigaron para enchiquerar al Chapo, hubieran salido unas cuantas órdenes de aprehensión adicionales: de empresarios por ejemplo.

En fin: otro capítulo del sainete. Nada más. La cosa, toda la cosa sigue igual.

No se ha hecho justicia, decenas de miles de nuestros policías, militares y gente inocente  han perdido la vida inútilmente, solo para mantener el cuento yanqui, mientras acá todo sigue empeorando y allá se seguirán drogando.

Este ilegal y fariseo juicio se debió hacer con el fondo musical de Paquita la del Barrio cantando “Hipócrita”, sí el tío Sam se burla de nosotros, se nos enredó como hiedra del mal.

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