CIRO CASTILLO
Desde el comienzo del sexenio de Rutilio Escandón dijimos que si a alguien debía lealtad el gobernador chiapaneco era al tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador.
La cercanía entre ambos no es cuento y tiene una larga historia, cuando los dos pertenecieron al ahora moribundo Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El mandatario chiapaneco ha mostrado esa lealtad de la que hablamos. Recientemente hizo un enérgico llamado a una quinteta de gobernadores del Norte del país, quienes cuestionaron el pacto federal.
El pronunciamiento del oriundo de Venustiano Carranza fue secundado por otros mandatarios morenistas, como la propia Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Ahora bien, esa cercanía y lealtad de Escandón Cadenas no ha impedido que tome sus propias decisiones y vaya construyendo, ladrillo a ladrillo, su propio estilo de gobernar.
En Chiapas, aunque el diálogo conducido por Ismael Brito Mazariegos, secretario de Gobierno, ha dado sus frutos, también, cuando el gobierno de Rutilio Escandón se ha visto en la necesidad de meter fuerte la pierna, lo ha hecho.
La aplicación del Estado de Derecho ha sido su mayor logro, traducido en no tolerar las invasiones de predios, un deporte local que se había vuelto un negociazo para unos cuantos.
Aunque las puertas del diálogo han estado abiertas, no se han tolerado los bloqueos carreteros, otro modo de vida para algunos.
En resumen, Rutilio Escandón le debe mucho a AMLO, sí. El oriundo de Carranza es muy cercano al tabasqueño, sí. Ello no quiere decir que no tenga sus propias formas, su estilo y tome sus decisiones. Harina de otro costal…
EN LA PANDEMIA
Chiapas fue de los primeros estados del país que tuvieron un caso de COVID-19 en los últimos días de febrero, lo que obligó a las autoridades locales a apresurar el paso.
Aunque no ha estado exento de críticas, cosa normal en medio de una crisis como la que ahora vivimos, José Manuel Cruz Castellanos, tomó las riendas del asunto y ahí lleva el caballo.
A pesar de que la federación ha marcado ciertos lineamientos sobre la manera en que hay que conducir la pandemia, Chiapas ha tomado sus propias decisiones porque cada región y cada entidad es distinta.
Hasta ahora, a pesar de que a nivel nacional se dice que este 8 de mayo será el pico de la pandemia, las cifras de esta entidad del Sur de México dicen que vamos hacia la cima de la enfermedad.
Este jueves se informó que, en 24 horas Chiapas sumó 24 casos nuevos y tres defunciones; es la cifra más alta desde que la pandemia se hizo presente en el estado.
En otras palabras, no es momento de confiarse ni de echar las campanas al vuelo; sin embargo, las decisiones que se tengan que tomar en Chiapas se tomarán aquí y a esas hay que apegarnos. Harina de otro costal…
REGRESO A CLASES
Don Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación, no es una palomita blanca y trae su propio juego. Cree que puede aspirar a una candidatura presidencial.
Quizá por eso tiene tanto interés en que el regreso a clases ocurra lo más pronto posible, el primero de junio. Así dirá que se salvó el ciclo escolar y se parará el cuello.
Ello no quiere decir que, en entidades como Chiapas, se tendrán que tomar las mismas decisiones, a pesar de que sí, la fecha tentativa para volver a las aulas es el primer día de junio.
Un regreso a clases apresurado pone en riesgo la salud de niños y familiares, pero sobre todo, generaría incertidumbre.
Así que, la canción que toque la SEP no necesariamente debe ser la misma que toquemos en Chiapas. Harina de otro costal…
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