¡Fuera manos!: La Feria

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SR. LÓPEZ

La abuela paterna, Elena, contaba que su mamá conoció a su papá la mañana del día que se casaron. Sus abuelos iban a Tecolotlán, cerca de Autlán, donde tenían familias amigas y ahí escogían consorte a todos sus hijos (once mujeres y siete varones). Tan arbitraria costumbre resultó de los no raros pleitos y fiambres en el pueblo, por enamoramientos simultáneos (o chamacas traviesas que le daban alas a más de uno, sí, también pasaba). Entonces los bisabuelos, con su descendencia, cortaron por lo sano: nada de noviazgos ni pretendientes: este te toca, esta te toca. Punto. Todos en paz. Y decía la abuela que funcionaban bien esos matrimonios o eso parecía, porque el que menos hijos tuvo dio catorce retoños. ‘O tempora, o mores!’

Sabido como es que nuestro Presidente es el d’Artagnan de la política (el mosquetero solitario), y que prefiere echar esgrima él solo contra varios al mismo tiempo, parece que cuando menos desde la Secretaría del Trabajo le quieren arrimar contendientes afamados por entrones, para que luzca sus habilidades con estoque, sable, espada y florete.

En territorio nacional ya andan trompudos empresarios, inversionistas, organizaciones no gubernamentales, altos funcionarios, campesinos, enfermos (y sus familias), enfermeros y doctores (los delincuentes organizados, no, esos están de fiesta; también la CNTE, normalistas y similares). En el extranjero alzan ambas cejas y aprietan puños y mandíbulas, grandes administradores de fondos de inversión, calificadoras, consorcios bancarios, organizaciones financieras internacionales (y la ONU está que trina por el trato a los migrantes que les parece un poco brusco… bueno, desde Nueva York, Tapachula no parece importante).

Y nuestro Presidente se bate, espada en mano y sonrisa en cara, como Errol Flynn en su gustado papel de Robin Hood (Warner Bros. Pictures, 1938), en lances de fantasía, contra todos juntos y a los que le caen mal ni los pela (que es cuando brinca de la escalera al candil), pero siempre triunfa.

Alguien -o algunos-, con intenciones buenas o malas (eso en política pasa a segundo plano, igual que traer los zapatos limpios o sucios a la hora de huir de una estampida de búfalos), anda -o andan- revolviendo los asuntos sindicales que en este país parece que son problema menor, porque no dan lata hace mucho, pero no porque sean toro manso, sino que se les ha hecho bien la faena.

Aplicar la reforma laboral respecto al modo de elección de los liderazgos sindicales está muy bien, claro que sí, que ya iba siendo hora de que los trabajadores pudieran votar en libertad y secreto (léase con fondo musical de Cri Cri… ‘Di por qué, dime abuelito’), a condición de que realmente nadie meta las manos, empezando por el gobierno que es muy tentón.

Viene esto a cuento por la urgente e inevitable renovación de la dirigencia nacional en el sindicato magisterial, el SNTE que en su panza lleva a la CNTE de todos tan temida. Algo pasa y para ahogar en babas a la Maestra y su gente, está muy difícil, digo, no pudo el poder grandote, cuantimenos estos de ahora. En serio.

Le guste al que le guste y le moleste al que le moleste, la señora que le aguantó el recargón al entonces presidente Peña Nieto (atropello impúdicamente ilícito, vileza innecesaria), representa al grupo mayoritario de ese sindicato que ronda los 2.3 millones de agremiados.

Los leales y seguidores de Elba Esther Gordillo ahora conforman un grupo (Maestros por México), que pudo y supo aguantar las malas que fueron muy malas y como en política lo que no mata fortalece, pues ahora están en mejor forma que antes, frente a la banda que artificialmente se hizo con la dirigencia, con una asamblea extraordinaria cuestionable, apoyados por personajes de los hoy impresentables.

Pero ya sabiendo que aguantan lo que les echen, ahora empiezan estos profesionales de la sobrevivencia política a pensar que a lo mejor ni quieren que les devuelvan su coche y a lo mejor se animan a hacer uno nuevo, sin tanta hojalateada. Sí, ya hay quienes ven bien la posibilidad de mejor crear un nuevo sindicato, separado y diferente al SNTE, sin peso muerto ni tener que empezar por llevarlo a servicio completo. Si desde importantes oficinas del gabinete federal les siguen estorbando, en apoyo a los que hoy apoyan, la señora Gordillo se va con sus huestes por su lado, arma su propio sindicato (rapidito), y luego: el Diluvio.

Sí. Más pronto que tarde otros seguirían su ejemplo, la CNTE, por ejemplo… y ya rota la piñata, viene la rebatiña y a ver quién pone orden con la CTM o los sindicatos de Pemex, CFE, Telefonistas, Ferrocarriles… se les puede desencuadernar el país.

Es muy ingenuo (es otra cosa que rima con azulejo), quien piense que los grandes sindicatos existen por distracción del sistema que se descuidó y luego no le quedó sino apechugar. No. Es asunto de antaño, la CROM de Luis N. Morones, se fundó en 1918, la ‘Purificada CROM’ (1932), luego CTM (1936) las fundó Vicente Lombardo Toledano, no personajes menores ni líderes validos de padrinos de ocasión. Y es más ingenuo el que imagine que hay alguna maña, triquiñuela o mentira que no conozcan, ya se las hicieron todas.

El asunto de los maestros que lo resuelvan entre ellos. Si temen el retorno de La Maestra (respetillo), es que no imaginan lo que será lidiar con centenares de líderes de toda calaña y catadura, en todo el enorme campo laboral nacional. México ya no recuerda lo divertidas que son las huelgas generales, ni las súbitas y descontroladas alzas de salarios, con su cauda de inflación y despelote callejero. De veras, mejor este frente no lo abran. Y si fuera el mismísimo Presidente quien eso quiere, por su bien, por el del país, no lo hagan.

Desde la Secretaría de Educación y la del Trabajo, deberían evitar la curiosidad que llevó a Pandora a desobedecer a Zeus, abrir la caja (era un frasco), que debía mantener cerrada y sin querer ni proponérselo, dejar escapar todos los males del mundo… de veras, de buena fe: ¡fuera manos!

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