Ciro Castillo
Detractores y seguidores siguen preguntándose a qué fue Andrés Manuel López Obrador a los Estados Unidos para reunirse, no más de dos horas con Joe Biden, quien andaba más preocupado por su viaje a Medio Oriente (Israel y Arabia Sudaí) que por escuchar 40 minutos de discurso del mandatario mexicano.
Como era de suponerse, los “amlovers” consideran que esta visita de tres días fue muy productiva, sobre todo, dicen, porque AMLO dijo ante el presidente del país más poderoso del mundo lo que ningún otro gobernante de la nación mexicana se había atrevido.
López Obrador, quien ya de regreso en tierras aztecas se rió por las críticas en su contra porque no se había desabotonado el saco (se me iba a ver la panza, bromeó), expresó ante Joe Biden que México es aliado de la Unión Americana pero no está sometido.
Planteó, también, un plan migratorio más “atrevido”, el cual, por supuesto, incluiría la legalización de millones de “paisanos” que ya son mas estadounidenses que una torta de McDonald’s. Cuando menos, unas 300 mil visas temporales.
Ofreció, para quedar bien y sobre todo para que no dijeran que solamente fue de “pedigüeño”, más de mil kilómetros de ductos de este lado del río Bravo, mediante los cuales los norteamericanos podrían trasladar gas natural para abastecer a algunos estados.
Además, se jactó, México podría duplicar el suministro de gasolinas en las entidades fronterizas, de tal manera que los “gringos” que así lo quieran ingresen a llenar sus tanques pues aquí está más barato el combustible (aunque esté subsidiado).
El retacheLa respuesta de Joe Biden (un viejo lobo de la política en EUA) y de ahí surgieron muchas críticas de parte de los opositores al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, fue un tanto contundente: nosotros ya tenemos un plan para ir bajando los precios de las gasolinas.
Quizá, dicen, el demócrata sintió que AMLO estaba echándole en cara que los combustibles en el país de las barras y las estrellas están muy altos, y por eso su respuesta.
También, explican los que analizan los temas internacionales, no fue muy agradable que López Obrador indicara a Biden que había que tomar decisiones en materia migratoria más “atrevidas”, aunque eso molestara a sus opositores (republicanos, en su mayoría).
Nosotros vamos a tratar nuestros asuntos, pero siempre con respeto, fue más o menos la respuesta de Biden, quien, cierto, en varios momentos esbozó una sonrisa por los dichos del tabasqueño, quien, este jueves, en su mañanera, contó que se sentía tan cómodo en la Oficina Oval que hasta abrió las piernas y aflojó el cuerpo.
Respecto a la propuesta de avanzar en el tema migratorio, salvo lo que haya platicado López Obrador en corto con el mandatario estadounidense y con la vicepresidenta Kamala Harris, la respuesta de Joe Biden fue: sí, vamos a resolver el asunto de manera conjunta, pero con paciencia.
Habló para los suyos¿Que a qué fue entonces Andrés Manuel López Obrador a los Estados Unidos? Pues a hacer lo que sabe hacer: política.
Fue a mandar un mensaje de que él tiene la suficiente estatura moral para decirle sus cosas en su cara al presidente de la nación más poderosa del planeta, a quien, por cierto, no le gustó mucho que el fundador de Morena dijera que China es el gran fabricante del planeta. Fue a conectar con miles o quizá millones de paisanos que aún tienen la esperanza de que su estancia en la Unión Americana se legalizará y que la ayuda llegará de parte del gobierno, aunque, eso, hasta ahora sea solo buenos deseos.
Vamos a seguir luchando por ustedes, dijo AMLO desde la ventana del hotel donde se hospedó a un grupo de migrantes que le llegaron a lanzar vítores. Sí, pero ellos (las autoridades norteamericanas) no van a querer, se escuchaba decir a una señora y con justa razón.
En resumen, la visita de López Obrador fue con fines políticos. Para ganar adeptos allá, en caso de que sus votos sean utilizables aquí. Para mostrar que tiene popularidad entre “los paisanos” y así meter cierto temor a quienes le critican desde el Senado norteamericano.
El tema migratorio, al menos este año, seguirá como hasta ahora. Los “gringos” hacen como que oyen y México hace como que contiene a las oleadas de indocumentados…
Aderezos
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