CIRO CASTILLO
Dicen que no hay nada mejor que el recalentado, después de celebraciones como la “Nochebuena”.
Recalentado de pavo, de pollo relleno, de cochito, de romeritos, de frijoles refritos, de papas, bueno, recalentado hasta de ponche.
Quizá lo más sabroso de un recalentado es la plática, así como las caras hinchadas de los que se pasaron de copas.
En esta ocasión, en el recalentado el tema fue la tragedia sucedida en Puebla, a unas horas de la celebración de la Nochebuena y Navidad.
La coincidencia es general, a pesar de las diferencias ideológicas y políticas: es lamentable la muerte de la Gobernadora y el Gobernador de Puebla, así como sus acompañantes.
CLARIDAD, SÍ; ODIO, NO
La exigencia, tras el deceso de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, gobernadora y ex gobernador de Puebla, es sencilla: claridad en la investigación.
Es normal que familiares, amigos, políticos cercanos y seguidores, soliciten al nuevo gobierno federal que haya certeza y que no se deje lugar a dudas en la investigación que, seguramente no se tendrá de la noche a la mañana.
Es normal que, después de una elección reñida que terminó resolviéndose en los tribunales, haya diferencias y una tragedia como esta levante “sospechosismos”.
Lo que no se vale es que se siembre odio, en medio de tanta polarización por la que atraviesa el país, después de unos comicios como los del primero de julio en los que pareció haber un frente a frente entre “ricos y pobres”.
Es normal que los seguidores de Martha Erika Alonso hayan lanzado consignas contra Olga Sánchez Cordero, titular de Gobernación, quien acudió a los funerales a Puebla.
Lo que no se vale es que a tan pocas horas de semejante tragedia, lo primero que se haga es crear confusión y caer en politiquerías. Lo peor sería que éstas expresiones no hayan sido genuinas.
Es lógico que los panistas quieran que sea uno de ellos el próximo gobernador interino de Puebla, aún cuando los morenistas tienen la mayoría en el Congreso local.
Lo que no es adecuado es dejar que las investigaciones sigan su curso, y empezar a caer en especulaciones.
Ayer mismo, en una conferencia de prensa, Alfonso Durazo, titular de Seguridad, hizo un llamado a no difundir información falsa. No le hace bien a nadie.
Circuló, mediante la aplicación Watsap, un video en el que se quería hacer creer que el helicóptero había sido derribado por un misil.
La pieza de video ni si quiera corresponde a territorio mexicano. No compartamos todo lo que no tiene un sustento, por más que nos ganen las ganas de ser “comunicativos”.
Alfonso Durazo informó que, de acuerdo con un recorrido de parte de elementos de la Armada de México y binomios caninos en la zona del accidente, no se encontraron restos de explosivos.
Informó que todavía se pedirá ayuda de países de la Unión Europea y Canadá, para que ellos brinden más certeza en las investigaciones.
¿Y LAS PISTAS DE HIELO?
Y de regreso a cuestiones navideñas: ¿Alguien habrá extrañado las mentadas pistas de hielo que colocó el gobierno de Manuel Velasco durante su sexenio?
Se había vuelto “normal” que se instalaran en sitios como Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de Las Casas y Comitán, estos “atractivos navideños”.
Seguramente a alguien o a algunos se les terminó en negocito…
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