CIRO CASTILLO
El jueves pasado sucedió un hecho en la política local que podría marcar un antes y un después en el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas, además de que muestra cuál es el sello de la casa.
Cinco ex funcionarios locales fueron detenidos por presuntamente haber incurrido en actos de corrupción.
Hacemos énfasis en lo de presuntamente porque así lo establece el “debido proceso”, pero también porque así lo dieron a conocer las autoridades respectivas.
Fueron los titulares de la Fiscalía General del Estado, Jorge Llaven Abarca y la secretaria de la Honestidad y Función Pública, Liliana Angell González, quienes dieron a conocer la noticia que, sin duda, sacudió a la política chiapaneca.
De inmediato, como ocurre en estos casos, vino la interpretación y la rumorología. Que si tiene dedicatoria. Que si es el comienzo de algo. Que si son los primeros detenidos de la Cuarta Transformación en Chiapas.
No hay que caer en especulaciones ni encontrar nubarrones donde no los hay. Simplemente se trata de un gobernante que pidió que se aplicara el Estado de Derecho.
Ya lo había advertido en reuniones de gabinete, donde exigió acabar con cualquier acto de corrupción. Ya les había leído la cartilla a los notarios, por ejemplo. Bueno, hasta había jalado las orejas a los presidentes municipales, a quienes ha demandado asumir la chamba que les corresponde en materia de seguridad. El sello de la casa…
MUCHO RUIDO
Entre los cinco detenidos el jueves, quienes ya habían sido despedidos de sus puestos con anterioridad, sin duda llamó la atención de Geovany Aléxander Campos Amaya, a quien las autoridades identificaron como “Geovany Alexánder N”.
Se trata del ex subsecretario de Servicios y Gobernanza de la Secretaría General de Gobierno, un ex perredista, quien llegó a ocupar cargos importantes en la misma secretaría General de Gobierno y Secretaría de Transportes, cuando en ambas dependencias estuvo al frente Jorge Antonio Morales Messner.
Un problema que todos hacen notar, cuando un busca referencias del ahora ex servidor público, es que se trata de “un muchacho” que vino, efectivamente desde abajo, de familia clase media, a quien le gustaban los reflectores.
La facilidad de palabra permitió que el ex perredista se metiera de nuevo a la política local en la elección pasada, donde hizo un papel que le fue compensado con un cargo importante en la Secretaría General de Gobierno.
Geovany, junto a otros funcionarios, si bien menores, defraudó la confianza que Ismael Brito Mazariegos había depositado en él, lo que derivó en “negocios” con algunos presidentes municipales, quienes también tendrían que poner sus barbas en remojo.
Ahora bien, se ha querido especular respecto de la “dedicatoria” de esta detención; sin embargo, como ya dijimos antes, es solamente la aplicación del Estado de Derecho y el sello de la casa…
AL DÍA SIGUIENTE
Ni 24 horas habían pasado cuando otro ex funcionario, en este caso una dama, fue detenido por también presuntamente haber incurrido en actos de corrupción.
Se trata de Alejandra Paulina “N”, quien está señalada del delito de Tráfico de Influencia cuando estuvo al frente, nada más y nada menos que de la Subsecretaría de Gobernanza, precisamente dependiente de Geovany Campos.
Esta nueva detención demostró, como hemos escrito antes y como demuestran los hechos, que el gobernador, Rutilio Escandón Cadenas, está dispuesto a hacer valer su promesa de combate a la corrupción trátese de quien se trate.
Si algo ha dañado al país y al estado, especialmente en los últimos dos sexenios, fue la corrupción a todos los niveles.
Por eso es sencillo, volvemos a insistir, sin caer en especulaciones ni encontrarle cinco pies al gato, que el oriundo de Venustiano Carranza no quiere ser recordado como alguien que cayó en pan con lo mismo, sino en alguien que se caracterizó por la aplicación de la ley, del Estado de Derecho. El sello de la casa…
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