El problema: La Feria

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Sr. López

Condenadotes, a ver ¿quién nos quiere?… pandos de felicidad los tenochcas celebramos la cena navideña con el menú tradicional del mayoritario hogar nacional en estos tiempos de austeridad y economía del bienestar: sardina Calmex en su lata aprovechando el jugo -receta a la vizcaína post moderna-, y si se las da de gourmet, puede calentar la lata… mmm; huesitos de pollo con la carnita más sabrosa -esa, la que encuentre pegada al hueso-; romeritos estilo camellón -pasto con adobo Doña María-, y su Manzanita, que la champaña tiene alcohol, todo acompañado por los mensajes presidenciales.
Sí señor, qué nos quita el gusto de que el-señor-Presidente-de-la-república-Andrés-Manuel-López-Obrador, en su mañanera del jueves 23 de diciembre, nos haya mandado a todos felicitaciones y sus mejores deseos a tuitazo limpio el sábado 25.
El 23, en su mañanera nos invitó a todos los alegres integrantes del peladaje nacional a no odiar, a la reconciliación, a la felicidad y a la armonía; y nos desempolvó el optimismo: todo tiene remedio. Bonito.
Luego, muy en su papel de cariñoso Mostachón de todos nosotros sus ‘wachanweres’, el 24, nos regaló su ‘tradicional’ felicitación por Navidad, subida “urbi et orbi” (tuitazo), el sábado 25; lea despacito, asimile:
“Hoy a media noche, hace más de dos mil años, nació Jesús Cristo, y muchos, aún librepensadores y de otras religiones, lo reconocen por su amor a los pobres y olvidados.
Gandhi decía: “No sé de nadie que haya hecho más por la humanidad que Jesús”
Sigamos su ejemplo. Felicidades pic.twitter.com/c7oauP2XuQ
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) December 25, 2021”.
No, no… ¡no!… demasiadas emociones para un diciembre, si el Presidente va a seguir el ejemplo del nazareno, no es por aguafiestas, pero eso terminó en la cruz. ¡Aleluya, aleluya!
Y lo de que el niñito Jesús nació a las meras doce de la noche del 24 de diciembre lo sabe solo nuestro Presidente, que tome nota la iglesia católica que estableció ese día siglos después y más por aprovechar la fiesta romana del nacimiento del Sol invicto, el dios Sol -“natalis invicti Solis”-, con que remataban las celebraciones del dios Saturno en el solsticio de invierno, que cae el 25 de diciembre… lo que es más, fue hasta el año 354 cuando el papa Liberio decretó este día como el nacimiento de Jesús de Nazaret (sus cercanos habían de enseñarle al Presidente a consultar san Google, no sean así).
En lo que tiene razón el Presidente es en que a Jesús lo reconoce todo mundo, tanto, que su nacimiento marca la división de los tiempos en ‘antes’ y ‘después’ de él, aunque hayan hecho su mejor esfuerzo algunos en intentar implantar en vez de eso, ‘antes de nuestra era’ y ‘después de nuestra era’, pues a la pregunta de cuándo comenzó nuestra era, la respuesta era: el nacimiento de Jesús. Mala tarde caballeritos.
Como sea, nuestro Presidente en un rapto místico que empapó su ejecutivo corazón, en su mañanera del 23, nos convocó a “No odiar, va pasando el tiempo y podemos volver a encontrarnos quienes durante mucho tiempo nos hemos separado por distintas circunstancias y en estos tiempos podemos reconciliarnos”. Entre la clase política se alzaron algunas cejas: ¿regresará al PRD?… ¿confesará su fe priista?… ¿va a soltar a Rosario Robles?… ¿va a desechar su diccionario de insultos y descalificaciones?… ¿se acabó el pleito con la clase media?…
También dijo: “Que esta Navidad sea de felicidad, armonía, reconciliación, amor con nuestros seres queridos, también con nuestros amigos con los que nos distanciamos, pero podemos reconciliarnos en estos tiempos. Hay que saber perdonar y perdonarnos”.
Sí, se alborozan los optimistas, ya se acabó el pleito general que el Presidente sostiene desde Palacio contra tantos, casi todos, va a perdonar y perdonarse… pero el pesimista que nunca falta piensa que se refiere solo a los delincuentes: perdón, abrazos, felicitaciones, saludo a sus mamacitas, a ellos sí les toca, que a los olvidados de siempre nada más los incluye en su “primero los pobres”, sin saberse a la fecha cuando empieza, que sus programas sociales reparten dinero y aumenta la pobreza… la reducción de los panes y los peces.
Ratifica la esperanza en que Dios tocó su corazón, su llamado a “Que no haya frustraciones, todo tiene remedio en la vida, todo. Y siempre hay seres humanos preocupados por otros seres humanos (…)”.
¿Todo tiene remedio?… a ver, ¿la muerte de niños con cáncer por falta de medicamentos, también?, no, eso no tiene remedio ni perdón; ¿siempre hay seres humanos preocupados por otros seres humanos?… ¿lo dice en serio?… ¿su modo de querernos es con la falta de medicinas porque le parecía que había corrupción en el sistema de abasto y distribución?… ¿o el estilo López Gatell de control político de la pandemia que ya nos tiene en casi 300 mil difuntos, el 500% más de muertes que su “escenario más catastrófico”, y eso contando solo los fiambres en hospitales públicos, porque la realidad ronda ya los 450 mil, como acepta el propio gobierno de acuerdo a las actas de defunción?… ¿o su “siempre nos queremos” nada más aplica a los delincuentes?, perdón por la insistencia.
Noche de paz, noche de amor… acepta este menda que no es correcto criticar mensajes de conciliación, armonía y perdón. De acuerdo. Pero en medio de la tragedia, encarrilado el país rumbo a una crisis social, con un futuro económico de pronóstico reservado, crispada la situación política, con los contrapesos al poder amenazados desde el Ejecutivo, las frases de concordia y amor, y llamar a seguir el ejemplo de Jesús, no parece lo más adecuado y sí una negación implícita de la realidad. El mensaje de cada Navidad de este Presidente, no se corresponde con los otros 364 días de pertinacia, constante agresión y los sufrimientos evitables que este gobierno no ha atenuado sino acrecentado.
Hoy puede ser momento de recordar la célebre frase del tal Reagan: “el gobierno no es la solución a nuestros problemas; el gobierno es el problema”.

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