CIRO CASTILLO
Los periodistas no somos buenos ni malos, sino como muchos, apasionados de un oficio que es igual al de cualquiera.
Algunos hacemos el esfuerzo de escribir de la mejor manera posible por respeto al lector y lo más apegado a la realidad que se pueda.
Algunos, los que tuvimos la fortuna de cursar por una institución universitaria, recurrimos a géneros periodísticos como la crónica, el reportaje, la entrevista y la nota periodística, incluso en estos tiempos de redes sociales, cuando cualquiera puede subir una imagen, un texto, un video, aunque no por eso se es periodista.
Otros, los que no se formaron en una institución superior, aprendieron por oficio, sobre la marcha;ayudados, en algunos casos, por una carrera distinta a la del trabajo de “cenicienta”.
Nadie puede decir que es 100 por ciento objetivo porque tenemos una formación familiar, social, económica y hasta religiosa, que nos orilla a ver de una u otra manera las cosas.
Nadie es dueño de la verdad, porque la verdad es relativa. Lo que para unos es cierto, para otros no, sobre todo en esta época en la que abunda información falsa y confusa.
El periodista -a diferencia de lo que piensa Andrés Manuel López Obrador, a quien le preguntaron qué es buen periodismo- es el que intenta hacer bien su trabajo, no el que defiende al pueblo, al gobierno o a ciertos intereses económicos, aunque si lo hiciera con profesionalismo, también no habría de qué avergonzarse.
Un periodista no es más periodista o deja de serlo porque documentó un problema ciudadano, entrevistó a un político o contó la crónica de un empresario exitoso. El mensajero…
GOLPE AL MENSAJERO
En la conferencia matutina de este miércoles, tras presentar una serie de estrategias para hacer frente a la afectación económica que dejará el COVID-19, Andrés Manuel López Obrador barrió parejo con los periodistas y medios de comunicación.
Le tocó al Reforma y a El Universal, pero también a determinados periodistas como Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín, a quienes señaló de haberse convertido en conservadores y cansado de ser como eran.
Solo, consideró, tras una pregunta de un personaje que acude a la conferencia matutina, conocido ahora como “Lord Molécula”, hay unos cuantos periodistas que defienden su gobierno.
“A nosotros nos defienden creo que tres, y estoy hablando de periodistas.
… quiénes defienden en estos últimos días: Federico Arriola, que nos defiende, enfrenta a todos de esta campaña de calumnias, Enrique Galván, de La Jornada.”
¿QUÉ ES EL PERIODISMO?
En la mañanera, donde AMLO reiteró que su gobierno no recurrirá al endeudamiento porque esa fórmula ya está caduca, una reportera preguntó al Presidente: ¿entonces usted considera que el buen periodismo es el que defiende a su gobierno?
“No, no, el buen periodismo es el que defiende al pueblo y que está distante del poder, el que no defiende al poder, el que defiende al pueblo”, respondió el tabasqueño, además de presumir que en las redes hay millones de personas que lo defienden.
“Lo que tenemos ahora es un periodismo muy cercano al poder, sobre todo al poder económico, y muy distante del pueblo. Es un periodismo de la élite, que no defiende al pueblo raso; cuando mucho, a la clase media y de ahí para arriba”, dijo AMLO, quien también fue preguntado sobre el trato “especial” que brindó al periodista Javier Alatorre, de Tv Azteca, quien incluso llamó a desobedecer las indicaciones del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
Reiteró que lo de Javier Alatorre fue un error y aseguró que no hay privilegios, incluso para la televisora del Ajusco, de Ricardo Salinas Pliego. ¿Será?
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