Ciro Castillo
Dicen quienes conocieron a Juan Óscar Trinidad Palacios que era “un hombre de leyes”, promotor de los derechos humanos e institucional.
El domingo todavía acompañó al gobernador, Rutilio Escandón Cadenas, su amigo, a la ceremonia realizada en el Congreso del Estado, donde el titular del Poder Ejecutivo entregó la Medalla Rosario Castellanos al pintor Antonio Ramírez Intzin, pero horas más tarde le alcanzó el destino, ese que en algún momento nos alcanzará a todos; a veces de manera sorpresiva, como en este caso.
Como era su estilo, el titular de uno de los tres poderes, el Judicial, pasó casi inadvertido para las cámaras en el recinto Legislativo. Así era: en realidad no recordamos una sola entrevista desde el comienzo de su gestión concedida a algún medio de comunicación.
No es que no pudiera o que temiera a los medios de comunicación, sino que no le gustaba ser el protagonista “de la película”.
Exdiputado local, exdiputado federal y expresidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Juan Óscar Trinidad (aclara este tecleador que no fue su amigo ni le conoció) era de los políticos de la vieja guardia, de los que quedan pocos.Por algo tenía una gran cercanía con Rutilio Escandón Cadenas, quien a la hora de las despedidas le llamó su amigo.
El abogado de profesión por la UNAM y oriundo de Tonalá, Chiapas, se formó en los tiempos del viejo PRI, cuando, la forma era fondo, cuando había que guardar la compostura, cuando la sobriedad valía. Su llegada al cargo de Magistrado Presidente del Poder Judicial del Estado fue discreta, así como el ejercicio de sus funciones.
Orden y disciplina, como lo ha dictado el gobierno de Rutilio Escandón, fueron las palabras claves en la administración de este poder, que no por independiente, no tiene que rendir cuentas.
“Hoy partiste al sueño eterno querido hermano, pero no nos dejas huérfanos. Tu partida nos deja un gran dolor y vacío en el corazón, pero también todo un legado de generosidad, solidaridad y extraordinario don de gentes”, escribió José Antonio Molina Farro, al despedirse epistolarmente de su amigo…
La vida giraEl mismo domingo ya habían voces que querían alborotar el gallinero, respecto a quién ocuparía el cargo de titular del Poder Judicial. Sonó, desde ese momento, Guillermo Ramos Pérez, por su amplia carrera judicial.
Claro, había que guardar las formas y los tiempos. Por el dolor de unos era prudente esperar el tiempo perentorio para dar continuidad a uno de los tres poderes. La vida gira.Menos de 24 horas después de la ceremonia de cuerpo presente realizada en honor de Juan Óscar Trinidad Palacios, donde, además de su familia, el asistente especial fue el Gobernador de Chiapas, vino lo inaplazable: la designación de su sucesor.
“El Pleno de Distrito del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chiapas, realizó una sesión extraordinaria para analizar, proponer y votar el nombramiento del nuevo magistrado presidente del Poder Judicial del Estado de Chiapas, decidiendo por unanimidad de votos, nombrar al magistrado Guillermo Ramos Pérez”, indica el informe.
“El magistrado presidente tiene una amplia carrera judicial y destacada honorabilidad en la impartición justicia, investigación y académica. Es licenciado en Derecho por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco; maestro en Derecho Constitucional y Amparo, maestro en Docencia y Educación en Valores, maestro en Derecho Civil y Familiar, así como doctorante en Juicios Orales.
Su carrera judicial inició en el año de 1996 como defensor de oficio dentro del Poder Judicial del Estado de Chiapas, posteriormente fungió como secretario de Estudio y Cuenta; como juez de primera instancia en diversos municipios de la entidad, nombrado también magistrado de Sala Regional del Tribunal Superior de Justicia en la Sala Regional Colegiada Mixta Zona 04 Pichucalco y posteriormente en el Primer Tribunal de Alzada en materia Penal Zona 01 Tuxtla Gutiérrez”, agrega…
Aderezos
-AMLO es tremendo animal político y lleva las riendas del acontecer nacional desde “su mañanera”, pero sus dichos cuando era opositor le han pasado factura. Dijo que sacaría al Ejército de las calles y no ha podido. Peor aún, creó la Guardia Nacional que tendría un mando civil y ahora lo pondrá bajo el control de la Sedena…
-La fractura al interior de Morena parece cada vez más inevitable. Monreal y Ebrard podrían tomar distancia “de los radicales” al interior del partido guinda. Faltará esperar los tiempos y los momentos precisos…
-Rutilio Escandón Cadenas, calladita su boca, mueve sus piezas en la entidad. No es de los gobernantes que hacen alharaca y tiene las confianzas de quien debe tenerlas. A algunos todavía les extraña que cercanos a él ahora sean consejeros morenistas. ¿Y cómo por qué no…?
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