El Coco habla inglés

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LA FERIA/ Sr. López


Ya cuarentona y bien casada, la prima Pepina (Josefina), platicando con su mamá, le dijo que cuando ella y Julia, su hermana, ya “salían” con muchachos, había sido muy dispareja porque a ella le metía broncas terribles y a la otra nunca le dijo nada, cuando bien sabía que las dos practicaban la gimnasia rítmica en pareja (se entiende), y tía Josefina, sin dejar el bordado, respondió: -Sí… me hacía taruga con tu hermana… pero no me llegaba amaneciendo… -¡ah, bueno!

La señora Presidenta de la república, no es tonta, ni tantito. La señora Presidenta de la república, tiene carácter, firmeza, casi hasta la severidad (los que la tratan dicen que puede ser muy dura, que es muy dura). La señora Presidenta de la república, es decidida, no le tiembla la mano. La señora Presidenta de la república, no sabe cómo salvar la situación.

Todo pudo esperar, menos lo que encontró: todo sostenido apenas con hilos (hilos de espesa baba de su antecesor). Todo en riesgo de derrumbarse. Todo agravado por la pertinacia de un valentón que siendo Presidente, se sabía intocable y creía que solo con negar, desaparecían los problemas.

Y negaba. Y todo empeoró. ¿Todo?… bueno, no todo-todo… sí todo lo de la corrupción estructural e institucionalizada del anterior gobierno federal, reservando por “seguridad nacional”, los siderales gastos en obras arbitrarias; sí todo lo del crimen organizado enquistado en el gobierno, el federal, algunos estatales y municipales. Eso sí, todo.

El gobierno que heredó la señora Sheinbaum, es un castillo de naipes. Parece una exageración pero es cierto. Y lo peor para sus convicciones y manera de pensar, es que depende de los EUA, de ese renegrido tío Sam que su sexenio sea una pesadilla, un viacrucis esperpéntico.

Ella sabe que de manera insalvable, puede descomponer su gobierno y arruinar el proyecto de consolidar al “movimiento”, a Morena, como partido hegemónico, una sola cosa: que la Casa Blanca ponga nombre y apellidos al responsable de la “alianza intolerable” del gobierno de México con el crimen organizado, que “pone en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos”, como dijo por escrito el gobierno de los EUA, en su Nota Informativa (‘Fact Sheet’), del 1 de febrero de este año.

Y puede pasar. No necesitan los yanquis venir a sacar al Señor de los Abrazos, con un operativo parecido al del Mayo Zambada, no, les basta poner el nombre del visitante frecuente a Badiraguato, en un cartel de ‘Reward’ (Recompensa), y ¡listo!, a preparar los funerales de un régimen que hoy todavía se sueña imperecedero.

El escándalo de moda, el del huachicol fiscal, el contrabando hacia los EUA de petróleo robado a Pemex y su contrabando de regreso a México ya como gasolinas o diesel, es de proporciones bíblicas, jamás conocidas en México ni en ninguna parte del mundo… sí, de ese tamaño, tanto que en la ‘Evaluación de la Amenaza Nacional (a los EUA) de las Drogas 2025’, elaborada por la DEA, dice que su investigación “ha determinado que esta operación de contrabando de petróleo en el mercado negro es el principal medio por el cual la Organización Criminal Transnacional financia sus redes”, y señala directamente que es el principal financiamiento del Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo.

Ante tan inocultable escándalo, lo que hizo la Presidenta, a las volandas, fue defender a su mentor y a sus hijitos, el Andy y el Bobby. Y para tratar de impedir que fuera a salpicarse la imagen del que la escogió como sucesora, atrajo a su periodo lo del huachicol fiscal: “(…) investigación que inicia en marzo de este año a partir de un buque que llega a Tampico (…) estábamos nosotros en el gobierno, llega el buque y ahí inician las investigaciones”. ¡Caray!, señora, ¡caray!

El general en retiro, Eduardo León Trauwitz, exsubdirector de Salvaguardia Estratégica de Pemex, durante el sexenio de Peña Nieto, ha declarado con insistencia que en 2018, antes del inicio del gobierno cuatrotero, entregó a Rocío Nahle, luego secretaria de Energía, un informe de 300 hojas que según él, contenía toda la información sobre el huachicol. En premio, en mayo del 2019, emitieron orden de aprehensión contra él… por huachicolero. Son tan predecibles.

El entonces gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, en noviembre de 2019, denunció el huachicol en su estado, ante la Fiscalía General de la República, la denuncia se hizo pública y declaró a Carmen Aristegui, que en agosto de 2020, entregó en mano al entonces Presidente de la república, una lista de líderes de cárteles con órdenes de aprehensión, pero que “no le pareció”. Pues no. A Cabeza de Vaca lo han acusado de una miscelánea de delitos. Son tan predecibles… y repetitivos.

Si doña Sheinbaum no confía en esas denuncias públicas, entonces que revise que el SAT (el del gobierno, el de Hacienda), informó en el año 2020: “Desde enero de ese año se ha observado un incremento en las importaciones de lubricantes, sin ningún sustento en la actividad económica. Estos productos no están sujetos al pago de IEPS, por lo que son usados como medio de evasión; y son introducidos al país, principalmente, a través de las aduanas terrestres”. Nada de que se supo hasta marzo de este año, señito.

Y si tampoco, entonces que la informen que la Agencia Nacional de Aduanas (de su gobierno), registró un crecimiento desmesurado de importaciones de “aceites lubricantes” que se usa como tapadera para contrabandear gasolinas y diésel; los datos oficiales son elocuentes: la importación de “aceites lubricantes”, creció de 2019 a 2022, casi 27,000 millones de litros, equivalente a 2,700 barcos petroleros.

Esto es tan enorme que solo con grave déficit neuronal se puede creer que pasará desapercibido o que basta con negarlo, como hizo el de Tepetitán en 2019, en su primer informe: “Ni huachicol arriba ni huachicol abajo”; y ¡listo! Como niño que se tapa los ojos y cree que se fue el Coco… por cierto, ¡cuidado!, el Coco habla inglés.

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