Sr. López
Se casó la prima Alicia y no invitó a Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda. Le pregunté si estaba molesto y contestó casi como Groucho Marx: -No y tú nunca vayas a fiestas a las que me inviten… -correoso.
El Presidente de nuestro país finalmente, se rehusó a asistir a la Cumbre de las Américas convocada por los EU, en Los Ángeles. Bueno.
El error más manifiesto del gobierno de la 4T en sus relaciones con el vecino del norte, es aplicar las categorías políticas de México a los EU (al menos en el rejuego entre partidos; la influencia definitoria del Presidente en los asuntos legislativos; y su absoluta autoridad en todas las carteras de su gabinete; se equivocan en todo, no en Relaciones Exteriores, que tienen profesionales de alto calibre, sino en el Ejecutivo, en el que la lealtad es el 90%).
Nuestro gobierno no parece tener mucha idea de cómo se gobierna y se hace política allá, ni concibe la existencia de otros poderes equivalentes al del Presidente, entre otros la industria bélico militar aparte del muy extenso y complejo aparato de inteligencia: el Presidente de los EU no siempre se entera de todo… ¡ah! y allá sí es indudable el sentido patriótico de todas las estructuras que conforman el enorme poder de su país que aún en estos tiempos, con el surgimiento de otros polos mundiales de poder geopolítico (China, por lo pronto), sigue siendo avasallador: son el único imperio en la historia que ha logrado controlar con su marina armada, simultáneamente, todas las rutas marítima de todos los mares, su tecnología militar es abrumadora y nada toleran contra su patria. No es un asunto de moda, está en su ADN desde su independencia.
Los EU ha cambiado su relación con América Latina. Hasta los 70’s, les interesaba su hegemonía y la sumisión de todo el continente con tres excepciones: Cuba, que es un grano que molesta si se rasca, si no, no, hasta se les olvida; Canadá que se da a respetar y forma parte de la Commonwealth británica; y México, que se hizo respetar casi 50 años manteniendo al mínimo la relación con los yanquis y con una postura diplomática propia a resultas de una larga historia de agravios.
Con el resto del continente y hasta esos años, los EU mediatizaron a los países de la región imponiendo su economía con cuotas de importación, aranceles, tarifas preferenciales; su política con financiamiento a partidos, apoyo económico de la USAID, la activa intervención de los agregados militares de sus embajadas, los servicios de la Agencia de Información de EU (USIA), y de la CIA; siempre que hizo falta, con poco disimulo, financiaron-organizaron golpes de Estado y si era necesario usaban su fuerza militar (Marines y División Aerotransportada 82). La evidencia de ese intervencionismo grosero, es abrumadora.Pero el mundo cambia. Ahora los EU pretende al menos algo de aseo en sus relaciones con América Latina que ya no tratan en bloque, dividiéndola en subregiones; la primera: México, América Central y el Caribe (la de mayor importancia por la integración comercial con México y la amenaza a su seguridad interior que les significa la consolidación y extensión de nuestros cárteles; más los problemas de migración); la segunda: la zona andina (sobre la que están atentos sin que signifique el riesgo de antes por el narco y su inestabilidad política); y tercero: los países del Cono Sur, Sudamérica, que ya poco les interesa controlar hegemónicamente (observando, claro, la penetración de China).Superados por agotamiento los objetivos de la Guerra Fría, ya en pleno siglo XXI a los EU les importa menos su papel de mandamás en América Latina y aunque duela, es a los países de la región a los nos interesa la relación con los EU, mientras más obvio se hace que los EU nos ven como el vecino que da problemas y les cuesta. Rusia, China, Corea del Norte, los islamitas, Israel, Europa Central, mantienen la atenta mirada del tío Sam que de vez en cuando se acuerda de que existimos.
Es tan inmensa la asimetría entre ellos y todos nosotros sumados, que francamente les damos flojera (y cuando hace falta, como cuando Nicaragua en 2013 firmó con China la construcción de un canal alterno al de Panamá, suenan las uñas en la mesa… y todos derechos; muy bravo el gobierno de Nicaragua, pero no han construido medio metro de canal).La realidad sobre cómo funciona la primera potencia mundial, es complejísima y es un reto enorme, casi insalvable para todos los países de la región, conseguir políticas que les sean favorables. Si el gobierno de los EU es de inmensas proporciones, lo son más sus actores económicos que inciden cotidianamente en toda América Latina; hoy importa más Wal-Mart que los Marines; Microsoft, que el Departamento de Estado; Delta que su Fuerza Aérea; Seguros AIG y Moody’s que la USAID o la CIA; La General Motors pesa más que el Departamento del Tesoro y Davos que la OEA, que ya es una vieja pieza decorativa del teatro ‘latino’.Nuestra subregión (México, Centro América y el Caribe), suma una tercera parte de la población total de América Latina, la mitad de la inversión de EU en ella, arriba del 70% del comercio interamericano y 85% de las corrientes migratorias hacia ese país.
El comercio entre EU y México en 2021, ronda los 1,300 millones de dólares DIARIOS, de ese tamaño. Para ellos, prescindir de nosotros sería un tropiezo, grave, sí, pero no los derrumbaría, para México es cuestión de vida o muerte.
La ausencia de nuestro Presidente en la Cumbre de las Américas no afecta a México: nuestros socios comerciales son empresas a las que eso les preocupa menos que el clima en la tundra. No afecta a los migrantes, que para eso va nuestro Canciller a la Cumbre y nuestro Ejecutivo a la Casa Blanca en julio.
Sí afecta al gobierno de Andrés Manuel López Obrador pues tremolando un nebuloso principio de derecho internacional por definir, los políticos yanquis lo ven como defensor y aliado de dictadores, asesinos y delincuentes… y no tardan en decir: dime con quién andas…