Demoler ídolos: La Feria

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Sr. López

El tío José Juan, de los de Autlán, vivía de hablar, porque hablaba muy bonito. Por los años 40 del siglo pasado, el ‘Panzón’ Godínez -un alcalde de allá-, descubrió su don y lo llevó a remolque durante su larga carrera política hasta que se le acabó la suerte al ‘Panzón’ y el sueldo al tío, quien sin sofocos, pasó de apologista de la persecución religiosa y del partido de la Revolución, a conferencista consentido de párrocos y obispos, por sus piadosas pláticas sobre “Noviazgo y matrimonio cristianos”. Cobraba caro y se lo pagaban. Un día, en una tertulia en casa de la abuela Elena, las señoras pidieron al tío que les dijera “unas palabras”, pero la abuela no lo permitió: -Tú vives de eso, José, no me meto ni opino, pero delante de mí, no hagas el payaso –incómodo silencio de las señoras, sonrisas mal contenidas de los señores, actitud estoica del tío. A espaldas de la abuela se la comieron viva las señoras por haber llamado payaso al tío, pero después, ya grandecito este menda supo que el santo varón tuvo varias casas chicas y algunos hijos regados. Sí, viejo payaso.
Fifís, conservadores, neoliberales, prensa nacional, prensa extranjera, organizaciones no gubernamentales, organizaciones filantrópicas, organizaciones de la sociedad civil, columnistas, intelectuales, abogados, partidos opositores, magistrados de la Suprema Corte, jueces, consejeros electorales, órganos autónomos, feministas, fabricantes y distribuidores de medicamentos, padres de niños con cáncer, familiares de masacrados, estudiantes de postgrado en el extranjero, cómicos, comediantes, científicos, cámaras industriales, empresas nacionales y extranjeras, empresas generadoras de energía eléctrica y consumidoras de su propia energía eléctrica, clase media, todos tienen en común haber sido declarados por el Presidente, enemigos del Presidente. Sí.
La lista de sus enemigos en 2010, como él detalló en su libro “La mafia que se adueñó de México”, la integraban “(…) 30 personajes en total, 16 hombres de negocios, 11 políticos y tres tecnócratas, todos encabezados por Carlos Salinas de Gortari. Son los multimillonarios de México, los que aparecen en la revista Forbes (…)”. Bueno, ahora son millones si cuenta uno a la clase media “aspiracionista”, que debe ser, según los parámetros presidenciales, la que quiere tener más de un par de zapatos.
Y como no va a permitir que nadie imagine que a sus casi 68 años, la edad se le vino encima, ya camina lerdo y le empieza a faltar vigor, ayer mismo incorporó a la lista de los que insulta a ¡la UNAM!, sabedor de que algunos egresados de ella, saldrán en defensa de su casa de estudios y así podrá identificar nuevos enemigos. Fue en la madrugadora de ayer que dijo:
“(…) hasta la UNAM se volvió individualista, defensora de estos proyectos neoliberales (…) ya no hay los economistas de antes, los sociólogos, los politólogos, ya el derecho agrario es historia, todo es mercantil, civil, penal (…)”. Y añadió que eso pasó por culpa de los sexenios neoliberales que afectaron a dos generaciones: “(…) fue un proceso de decadencia. Todo era mercantilismo con bandas de malhechores, pandilla de rufianes corruptos para saquear al país, y quieren regresar a lo mismo”.
¿Qué haríamos sin la guía, luz y caritativas admoniciones de nuestro Presidente?; bendito sea el Dios en que cada uno crea, que nos lo mandó para no extraviar el recto camino. Sí, ¡fuchi la UNAM!
Nada arredra al Presidente. Si la UNAM cuenta con casi 370 mil alumnos, más un millón 676 mil inscritos en Educación Continua y arriba de 41 mil profesores, con presencia y planteles en los 32 estados de la república, en EUA, Canadá, España, China, Costa Rica, Francia, Inglaterra, Alemania y Sudáfrica, a él no le da frío ni calor, él se abanica con su previsible molestia y risa le da que le hicieran marchas o manifestaciones de protesta. Él es más fuerte, audaz y valiente que Pancho Pantera. (Lectura sugerida: biografía de Gustavo Díaz Ordaz, capítulo correspondiente al año 1968… y eran tiempos en los que el gobierno era de temerse a pesar de lo cual, bueno, ya sabe).
Ya ayer mismo en la Cámara de Senadores, resonó la porra universitaria (el “Goya”, de versos tan inspirados), como protesta de panistas y priistas por el ataque presidencial a la UNAM, y de ahí no pasará según los cálculos de experto en grilla del Ejecutivo… sí, pero no va a faltar el maldoso que recuerde las sospechas de que Morena estuvo atrás de los paros en planteles y las violentas agresiones a instalaciones de la UNAM, a principios del año pasado, como expresó Eduardo López Betancourt, presidente del Tribunal Universitario de la UNAM, quien acusó a Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente interino de Morena, de “ser la mano negra, o por lo menos una de ellas, que tratan de desestabilizar a la institución”.
Y esa sospecha se abonó por la propuesta de febrero de 2020 del diputado federal por Morena, Miguel Ángel Jáuregui Montes de Oca, para reformar la Ley Orgánica de la UNAM y que fuera por ‘elección popular’ el nombramiento del Rector y directores de escuelas, facultades e institutos. Propuesta que finalmente se retiró en mayo de ese año, pero dejó a los universitarios un poquito irritados, nomás poquito.
Un recurso ya muy visto de gobiernos ineficientes o que no cumplen sus deberes, es distraer a la gente con supuestos enemigos. “No me pidan cuentas, estoy luchando contra mis enemigos, es por su bien”, parecen decir; aparte de que tales adversarios son una coartada para la falta de resultados: “todo son obstáculos, no me dejan trabajar en paz”.
Eso puede resultar mientras los enemigos sean de mentiritas, pero ha de andarse con cuidado el gobernante que sin pausa inventa enemigos, porque de tanto echar pedradas, alguna puede atinar a la cabeza de alguien que no sea dejado… y la UNAM ha dado prueba muchas veces, de arrojo y de que no se anda con bromas ni tolera payasadas.
Que alguien le advierta al Presidente de la enorme capacidad de la UNAM para demoler ídolos.

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