Ciro Castillo
En plena Semana Santa una oleada de “sin papeles” integrados en el viacrucis del migrante tenían previsto partir este lunes desde el municipio de Tapachula, Chiapas.
Es, más que un acto religioso, un grito desesperado de los miles de migrantes varados en la frontera de México y Guatemala.
Encabezados por algunos líderes visibles, como Luis García Villagrán, siguen pidiendo que las autoridades mexicanas les permitan continuar su trayecto hacia la línea divisoria con el país de las barras y las estrellas, donde la puerta está sellada.
Reiteramos, es un grito desesperado porque seguramente algunos de los que participan en esta movilización, que coincide con la celebración de la Semana Santa, llevan semanas o quizá meses intentando alcanzar el sueño americano.
Habrá quienes incluso ya son varias veces que han intentado cruzar el río Bravo, pero no lo consiguieron y en caso de que hayan podido, fueron deportados.
Nada detendrá el avance de esta caravana migratoria, asegura el propio Luis García Villagrán, quien considera que su integridad está en riesgo porque en las últimas semanas denunció lo que es un secreto a voces: corrupción al interior del Instituto Nacional de Migración.
El activista, a quien se le ha señalado de trata de personas, acusó que algunos funcionarios migratorios tienen fortunas y viven lujos que es imposible que se puedan pagar con sus salarios.
Tiene razón el líder visible de las caravanas de migrantes, pues resulta imposible imaginar que el fenómeno migratorio siga siendo un jugoso negocio sin la complicidad de autoridades.
El asunto no es nuevo, pero quizá vive ahora uno de sus peores momentos por muchas situaciones. Está convertido en una industria que no parece tener fin.
El llamado “viacrucis del migrante” seguramente no llegará muy lejos y se disipará como se han disipado otras caravanas, aunque quizá, y ese podría ser su logro, hará que algunos reflexionemos sobre un fenómeno que no parece tener fin sino todo lo contrario…
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
México, pero sobre todo el gobierno en turno, vuelve a estar entre la espada y la pared.
Por un lado quiere que Estados Unidos trate bien a los millones de paisanos que viven en la Unión Americana y por el otro debe demostrar que cuida la integridad de los migrantes que cruzan por el territorio azteca, además de que “contiene” las oleadas.
La autollamada Cuarta Transformación está llamada a ser firme con los migrantes que cruzan ilegalmente del Suchiate al río Bravo, pero al mismo tiempo a mostrarse humano.
La administración de Andrés Manuel López Obrador, quien en un principio ofreció recibir a los centroamericanos, a quienes daría empleo, es “monitoreado” por el gobierno de Estados Unidos, quien, sean demócratas o republicanos, no ve con buenos ojos a los que ingresan a su país sin papeles.
El problema se vuelve más complejo en estos tiempos porque, igual que de este lado del río Bravo, en territorio estadounidense hay una elección presidencial en juego.
Uno, Donald Trump, quiere regresar al poder y utiliza, como lo utilizó antes, el fenómeno migratorio como una “piñata”. Ha llegado a llamar animales a los que migran.
El otro, Joe Biden, quizá un poco menos suave en su lenguaje antiinmigrante (lo cual no quiere decir que sea blando) también debe mostrar firmeza porque contra la migración porque así se lo pide el público.
AMLO, cada que aborda el tema, dice que se deben atender las causas que originan la migración en naciones como Guatemala, Honduras y El Salvador, pero, pese a intentos como la aplicación de programas ensayados en México, los resultados no se miran.
El problema es mayor todavía si pensamos cuáles serán las causas de las oleadas y oleadas de migrantes de otras naciones como Haití o Venezuela.
Cómo atacar las causas que originan la expulsión de migrantes en estos países donde evidentemente sus gobernantes han sido un completo fracaso.
Claro que México tiene que responder y con todo lo que está a su alcance contra leyes como la promovida por el gobierno de Texas, la cual permitiría que cualquier policía detuviera a los migrantes por el simple hecho de parecerlo, pero también debe buscar formas de atender lo que pasa de este lado, entre el Suchiate y el Bravo…
ADEREZOS
-A qué atribuye usted, estimado lector, la amplia popularidad del presidente de México. Varias encuestas lo ponen por arriba del 60 por ciento de aprobación a él, a AMLO, aunque consideren que su gobierno no ha logrado resolver problemas como la inseguridad, la salud y la educación…
-Nadie conocerá a la verdadera Claudia Sheinbaum hasta que, de acuerdo con lo que dicen los sondeos de opinión, sea la próxima presidenta de México. Cuando diga “sí protesto” y le pongan la banda presidencial, entonces verdaderamente comenzará a mostrarse tal cual es y a gobernar con su propio sello…
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(Foto: Tomada de Enfoque Noticias)