CIRO CASTILLO
Este miércoles unos 50 mil mexicanos estábamos siguiendo en vivo la mañanera de AMLO en el Youtube. Muchos lo hacíamos por trabajo, porque a eso nos dedicamos y otros tantos por el morbo. Qué más faltaba decir sobre el “Culiacanazo”.
Las escenas del 17 de octubre que corrieron como lumbre en las redes sociales se quedaron cortas.
Seguramente, varios nos sorprendimos por las imágenes que se proyectaron, pero sobre todo porque ellas corresponden a militares, quienes suelen ser muy reservados en sus actividades; tanto que, muchas veces hay excesos en los señalamientos con respecto a su actuar.
Esta vez eran ellos los actores de la película, de una película que fue cruenta, pero pudo ser una pesadilla.
Como lo dijimos después de los hechos, la decisión de entregar a Iván Guzmán López, a cambio de evitar que Culiacán fuera un charco de sangre, fue la correcta. No había más. La fuerza del Estado estaba rebasada y había que recular, se vale.
Lo que sí volvemos a reiterar, porque así lo vimos en esta mañanera, es que alguien sobra en esta obra de teatro llamada “gabinete de seguridad” y ese es Alfonso Durazo.
No tiene nada que hacer en el gabinete de seguridad un señor que no parece saber una pizca de estos menesteres.
No tiene nada que hacer en el gabinete de seguridad un señor que salió a dar un discurso, por momentos hasta triunfalista, como si se hubiese ganado una batalla y el “Juan Camaney” hubiese sido él.
En contraparte, los soldados, ahora más que nunca han dejado patente su lealtad y su valía. Ello no quiere decir que entre generales en activo y en retiro no haya descontento. Por ahora no queda más que esperar porque esta historia continuará…
NO SOY ENCHILADAS
Casi siempre, cuando el Estado mexicano hace uso de la fuerza, principalmente del Ejército o la Marina, surge la queja de que se cometieron excesos y violentaron los derechos humanos.
Es cierto, cuando la autoridad hace uso de la fuerza pública porque no hay otra manera o porque el diálogo ha sido agotado, se corre el riesgo de que a alguien se le pase la mano. Somos humanos.
Sin embargo, también es cierto, y así lo vimos en los videos presentados por el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, cuando se enfrenta a la delincuencia organizada, a veces más armada que el gobierno, no se puede llegar con una banderita blanca o un ramo de rosas.
De acuerdo con la relatoría de los hechos del 17 de octubre en la tarde, inédita porque fue presentada por un Secretario de la Defensa, ver a un militar con la pierna desecha sobre una camioneta, en medio de una confrontación armada, nos muestra lo grave que fueron los hechos en Culiacán.
Nos indica también, el grado de penetración que tiene el narcotráfico en la sociedad mexicana, pues la delincuencia organizada superó en número y quizá hasta en fuerza a las fuerzas armadas.
Además, deja claro que, a pesar de que sí es importante atacar el origen del narcotráfico, la estrategia de “abrazos, no balazos”, podría quedarse corta.
Los seguidores de uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, preso en los Estados Unidos, no se “tentaron” el alma para amenazar e incluso agredir a los “condominios” donde habitan familiares de los militares en Culiacán…
FUEGO CON FUEGO
El Presidente de México aseguró en la matutina del miércoles que el gabinete de seguridad no está fracturado, a pesar de los hechos sucedidos en Sinaloa y volvió a defender su estrategia de no enfrentar al “fuego con fuego”.
Acusó que detrás de las críticas a lo sucedido en Culiacán vertidas en medios de comunicación tradicionales y modernos hay interesados en que no le vaya bien al presente gobierno, cosa en la que diferimos, pues muchos de los “ataques” a la estrategia gubernamental por esos hechos, fueron porque no había información clara.
AMLO, quien pareció dar un espaldarazo a Alfonso Durazo, quizá el que sobra en el gabinete de seguridad, dijo que la explicación detallada es la primera parte. Este jueves la historia continuará…
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