Comer ansias: La Feria

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Sr. López

La prima Elvira estaba enamorada hasta el tuétano y casi yendo a comprar el traje de novia, pero tía Victoria que tuvo más colchones que la cadena Sheraton y sabía todo de las lides del romance, le dijo: -“Niña, en estas cosas, ni vestirse ni desvestirse antes de tiempo… tú, espérate” -y lo que parecía un hecho acabó en agua de borrajas y el que ya olía a esposo se casó, sí, pero con otra. Y la Elvira, tristona, nomás se acordaba del largo noviazgo. Cosas que pasan.
¡Pelearaaán… diez rounds!… crece y crece la increíble y triste historia del cándido INE y el Presidente desalmado. Parece mentira.
Sobradas pruebas hay como para que en el INE sospechen (perceptivos ellos), que le caen en la puntita del hígado al Presidente quien desde su arribo al poder les ha dedicado algunos de sus más ingeniosos insultos.
Ya podían haberse puesto en guardia en el INE cuando el 13 de abril de este año, el Presidente avisó que ya terminado el proceso electoral de este año, enviaría al Congreso reformas al instituto, ¿qué le quiere reformar a la institución que insiste en dar por buenos los procesos electorales que ganan él y Morena?… y uno supone que están en alerta máxima en el INE desde el 16 de noviembre pasado, cuando el Presidente declaró: “Primero va la ratificación de mandato y luego los cambios electorales”, postergando la cosa a después de abril del año próximo, pero insistiendo en lo mismo: cambiar al INE.
Los miembros de la comentocracia más dados a dramatizar, sostienen que el Presidente quiere destruir la institución ciudadana que organiza, celebra, vigila y valida nuestros procesos electorales, para ponerla a sus órdenes y reelegirse sin fin, hasta que el cuerpo se lo permita, pero, francamente, eso es política ficción; si tenía tamaña intención, los chascos de la prolongación de mandato del Bonilla, gobernadorcito de Baja California, y del muy honorable -ese sí- Presidente de la Suprema Corte, bastarían para enfriar al más brioso aspirante a dictador… y si eso no alcanzara a poner en pausa semejante proyecto con aires cubano-venezolano-nicaragüenses, la historia del último que lo intentó debiera devolverle la cordura (Álvaro Obregón, que cambió la Constitución, se reeligió y el 17 de julio de 1928, lo cosieron a tiros en un banquete en su honor en el restaurante La Bombilla), para ni mencionar por buen gusto la reelección con prestanombres que pretendió el salinato en la persona de Luis Donaldo Colosio, también asesinado. No, la democracia mexicana es aún una chamaca de calcetas, falta mucho para que sea una sólida matrona de naguas bien puestas que permita procesos de reelección sin trampas y porque realmente así lo quiera el electorado tenochca. Con poquito que se conozca al Presidente, basta para saber que está muy al tanto de que solo intentar tamaño desafuero lo manda al basurero de la historia sin tocar base. No es por ahí… no debe ser por ahí…
Lo que quiere lo dijo él mismo el 29 de abril de este año: que el INE forme parte del Poder Judicial y para mayor enredo, que sea un órgano autónomo dentro del Poder Judicial… ¿o sea, qué?… averígüelo Vargas, diría Chabelita (Isabel la Católica, luego le cuento); y que desaparezcan los legisladores plurinominales, esto es, quitar 200 diputados federales y 32 senadores. Va a estar un poquito difícil que aprueben esto último los propios legisladores, nadie anda nunca con ganas de tirotearse los pies. En fin, eso quiere, aunque sabe que necesita dos tercios de votos del Poder Legislativo, los que no tiene. Bueno, es su modo, le gusta echar pleito.
Pero a fuer de equidad (en desuso, sí, pero se oye bonito), se debe decir que los del INE parecen querer pleito. Sí. ¿Qué necesidad de incluir en el presupuesto del próximo año el proceso de revocación?… dirá usted que era necesario y no, no tanto: ni siquiera se sabe si va a realizarse tal consulta. Por supuesto que es lo previsible, pero para efectos presupuestales no es un hecho, depende de que primero se consigan 2 millones 758,227 firmas solicitando la consulta, equivalentes al 3% de los inscritos en el padrón electoral, de al menos 17 estados de la república y con el plazo fatal -para obtener solicitantes-, del 25 de diciembre. No está fácil pero el gobierno federal y sus amiguitos en los estados, están moviendo cielo mar y tierra para lograrlo, pues su intención es darle aire de ratificación de mandato (y van a echar cuetes por algo que ya se sabe: no quiere la gente quitar el Presidente, por lo que sea, unos porque lo ven y sienten calientitos los fondillos y otros por la simple prudencia de no meter al país es el torbellino de presidencias mochas que en Latinoamérica es causa de tantas turbulencias sociales).
Bien pudo el INE presentar su proyecto de presupuesto 2022, sin la consulta advirtiendo en nota final que en caso de ser necesario realizar una consulta nacional, la Secretaría de Hacienda debería hacer las previsiones presupuestales equivalentes a un proceso de elección presidencial. Y si Hacienda les daba tres pesos, hacer una consulta de tres pesos. La apasionada defensa que de nuestra democracia hace el INE huele a jugar a las vencidas con el huésped de Palacio. No sabemos qué va a pasar, pero sí sabemos que le echaron gasolina a la pira de críticas y descalificaciones del Presidente y sus paniaguados contra ellos, allá ellos, pero no le hace gracia al tenochca sensato que estén echando volados con su suerte que para estos efectos es la de todos.
Además… ¿sabe de cuánto dinero es el pleito?… más o menos 2,500 millones de pesos, equivalentes al 0.036% del presupuesto federal que es de casi 7 billones 100 mil millones. Por supuesto 2,500 millones es mucho dinero, sí, pero el déficit presupuestal aprobado por el Congreso para el año que entra, son 875,570 millones… otros dos quinientos no es nada. Pero como quieren pleito…
¿Cómo se va a resolver esto?: todos se van a plegar a lo que ordene la Suprema Corte o el tribunal electoral federal… para qué comer ansias.

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