Sr. López
Tío Fide (Fidencio, el pobre), no es que fuera muy rico, pero algo tenía. En vida fue una mula y al morir, soltero y sin hijos, heredó todo a su sobrino favorito, Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, porque lo divertían sus correrías. Pero, ratificando que sí era una mula, se lo legó en un fideicomiso administrado por tres tías que veían a Pepe y se santiguaban. Él no aceptó: -Eso no era herencia, era castigo –dijo. Pues sí.
¡Aleluya!, ¡aleluya!, ¡hosanna en las alturas!, para este año, último del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tendremos un servicio público de salud, mejor que el de Dinamarca. Lo prometió el Presidente y ya sabe, su palabra es garantía. Y se le informa esto porque era hoy cuando lo íbamos a tener, pero, ya sabe, recibió un tiradero y hay que comprender.
Solo los fifís, conservadores, que quieren recuperar sus privilegios, andan fijándose en detallitos como que eso lo prometió el 27 de diciembre de 2022, para fines del 2023, cosa que ratificó el 28 de febrero de 2023: “Sigue en pie que en este año, México tendrá un sistema de salud como el de Dinamarca”.
Eso dijo y si lo dijo, como acostumbra, lo cumple… peeero, el 26 septiembre de 2023, aclaró: “Tenemos ya, como meta, marzo del año próximo (o sea, este marzo de este año)… va a ser un servicio de primera, aunque los conservadores se burlen y digan que no va a ser como el de Dinamarca. No, no va a ser como el de Dinamarca (…) el nuestro va a ser mejor que el de Dinamarca”.
Con el tiempo encima, el 16 de febrero de este año, faltando 13 días para la fecha, retomó su promesa y subió la vara, ya no sería como el de Dinamarca, ya no sería mejor que el de Dinamarca, sino “(…) uno de los mejores sistemas de salud del mundo. Me canso ganso” (¡ay, qué ingenioso el señor!).
Previsor como es, siempre a las vivas, el 28 de febrero, a dos días de la fecha prometida, aclaró: “Reafirmo el compromiso de que este año vamos a tener concluido este simiente de salud universal eficaz y gratuito (…) sigue en pie lo de Dinamarca, para que nuestros adversarios vayan tomando nota (…)”.
Nada más un detallito: su compromiso era para diciembre de 2023 y ahora es para “este año” y este año termina el 31 de diciembre cuando él estará desde el 1 de octubre en su finca de sonoro nombre (y no era “simiente”, semilla, era todo el sistema de salud).
Como sea, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que es el órgano oficial a cargo de la medición de la pobreza y de la evaluación de los programas de la política de desarrollo social, aumentó a 30 millones el número de personas que padecen falta de atención médica. Por si el señor de Palacio, quiere otros datos.
Mal fin de fiesta del Presidente que fiel a su costumbre, se aferra a sus dichos, sin notar que algo se ha desgastado su palabra. Encima de los problemas internos que enfrenta con todo sin terminar y con un gasto sideral, tiene encima la atención de la prensa internacional por los reportajes recientes sobre su nunca probado financiamiento del crimen organizado.
Sin contar los portales yanquis InSight Crime y ProPublica, el The New York Times (NYT), y el Washington Post, de los EUA; más la poderosa Deutsche Welle de Alemania y el prestigioso Der Spiegel, que tituló su nota comentando la del NYT: “Hurga en el pantano del narcotráfico”, y dice: “¿Mantiene ‘El Mayo’ contactos con personas cercanas al presidente Andrés Manuel López Obrador?”; la duda ofende… aparte del británico The Guardian y el español El País; sin mencionar a otros medios que ni conocemos. No es fácil mantener intacto el lustre del nombre con la prensa del mundo de preguntona. Tal vez por eso el Presidente, al menos a los medios de los EUA, ya les había sacado la vuelta desde el 31 de enero:
“No denuncio al periodista o a los periodistas, no denuncio a los medios. Denuncio al gobierno de Estados Unidos de permitir estas prácticas inmorales y contrarias a la ética política que debe prevalecer en todos los gobiernos del mundo”.
¿Ve?, es muy ingenioso y en lugar de mandar a su vocero, el Jesús Ramírez, a aclararle paradas a los medios, él solito escogió echarle bronca al gobierno de los EUA. Verdaderamente tiene vocación de kamikaze.
Seguramente para no obsesionarse con el tema, se da tiempo para otras cosas menos desagradables como la campaña de su candidata a la presidencia, la que ayer anunció a “su equipo”:
Del corral del Presidente están cinco: Mario Delgado, coordinador general de la campaña; Citlali Hernández, coordinadora de enlace con mujeres; César Yáñez, Coordinador de agenda y giras; Tatiana Clouthier, “tía Tatis”, coordinadora de voceros; y Gerardo Fernández Noroña, coordinador del vínculo con organizaciones sociales. Que se cuide doña Sheinbaum, esos cinco no trabajan para ella, sino para el señor de Palacio… y son chismosos.
Luego están tres que entraron de no muy buena gana: Marcelo Ebrard, coordinador de vínculo con organizaciones civiles y mexicanos en el exterior; Adán Augusto López, coordinador político; y Ricardo Monreal, coordinador de enlace territorial. Que se cuide doña Sheinbaum, esos tres están que trinan por la vacilada de las encuestas que no se hicieron pero sí sirvieron para descarrilarlos y no ganan nada si gana doña Sheinbaum, ellos ya amarraron sus curules en el Congreso.
Luego siguen en esa lista de su “equipo”, cinco señoras de las que este menda no tiene el gusto (ni nadie), coordinando lo que no hace falta en unos comicios. Allá ellas. Allá doña Sheinbaum. También está el amo del albañal: Manuel Velasco, como coordinador de alianzas, caballerito que no le suma un solo voto a doña Sheinbaum; y que además, por el chistecito de los videos esos que publicó Carlos Loret de Mola, más le valdría estar pensando a qué parte del Himalaya se va a ir a esconder, porque el Presidente, desmemoriado no es… y nunca perdona.
Con ese equipo y el discurso obligado del segundo capítulo de lo mismo, la candidatura de doña Sheinbaum es castigo.