Caso IESCH: dos “chamacos” de 50 años casi quiebran una institución con 37 años de tradición

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-CRÓNICA-

CIRO CASTILLO

EDG INFO

El caso “Instituto de Estudios Superiores de Chiapas en Tuxtla” se resume en una idea: dos “chamacos” de 49 y 50 años, con argucias legaloides toman el control de una empresa con 37 años de tradición y la ponen al borde de la quiebra en tres meses.

Queda al descubierto la inexperiencia administrativa, el desconocimiento, la soberbia, pero sobre todo, la apatía por una institución que no vieron nacer ni crecer. Como dicen los viejos: “lo que no te cuesta no te duele”.

Los hermanos Federico Luis y Julio Andrés Salazar Farías, con trampas sugeridas por Noé Castañón Junior, además de autoridades notariales y judiciales que se prestaron al “juego”, causaron al IESCH un quebranto financiero de entre 60 y 80 millones de pesos.

Dejaron de pagar impuestos, proveedores, acuerdos publicitarios, incluyeron a familiares y amigos en la nómina, se repartieron 18 millones de pesos “por cabeza” en un mes (avalado por información del SAT) e hicieron perdedizos varios vehículos.

A pesar de lo anterior y sin cuantificar el daño en imagen causado a la “Universidad Salazar”, el barco está a flote y los estudios de los alumnos completamente garantizados. Mediante un “crédito puente”, la máquina sigue andando y no hay tiempo de mirar hacia atrás…

NO ES UNA HISTORIA DE AHORA

El Instituto de Estudios Superiores de Chiapas fue la primera institución particular en Chiapas.

El primer Registro de Validez Oficial Educativo (REVOE) para la carrera de Contabilidad fue concedido el 15 de julio de 1982. Luego vinieron Administración y Medicina.

“La Montiel y Prieto”, una academia comercial que ofrecía las carreras técnicas de Secretariado y Contador Privado, creada hace más de 50 años, es el primer antecedente del IESCH, igualmente conocida como Universidad Salazar.

De hecho, la incorporación de quienes llevaron al borde del precipicio a la también conocida Universidad Salazar, comenzó como un favor que Federico Salazar Narváez pidió a su hermano Emilio Salazar Narváez (los fundadores). Él quería que sus hijos aparecieran en los papeles.

Federico estuvo en la escuela 16 años, mientras que Emilio Salazar Farías y su padre Emilio Salazar Narváez (los actuales y únicos socios después del fallo de un juez federal que emitió una resolución inapelable), llevan más de 35 años.

Tras el deceso de Federico Salazar Narváez, el IESCH empieza a crecer hasta el grado de tener maestrías y doctorados.

Ahora, sus hijos, “muchachos” de 50 años que quizá padecen traumas personales y crecidos a la sombra de su papá, se sienten usufructuarios de lo que hizo su progenitor 20 años atrás.

No saben lo que significa construir una empresa, y no lo saben porque lo que les fue heredado, un rancho, una tienda, un despacho y un hotel, todo lo vendieron como despojo o lo quebraron.

NO PUEDES EXPRIMIR LA VACA HASTA MATARLA

Federico Luis y Julio Andrés Salazar Farías, quienes se hicieron proteger por hombres armados en la Rectoría del IESCH, creyeron que la universidad era una vaca gorda a la que se puede exprimir sin parar.

De ser victimarios, se asumieron como víctimas y así lo salieron a vociferar ante los medios.

Quizá por una cuestión de egos, el primer día que llegaron se autonombraron rectores y se asignaron sueldazos de 170 mil pesos.

Ellos no sabían o no les importó que, desde la época de las inscripciones se debe crear un fondo para pagar impuestos y para aguinaldos.

Pusieron a hermanos, hijos, sobrinos y amigos en la nómina y reventaron las finanzas del IESCH.

Desviaron, a una sociedad denominada “Despacho de Asesoría Innovadora S.C.”, entre 6 y 8 millones de pesos, quizá para pagar a los abogados.

Fueron detectadas transferencias (con comprobantes de pagos) a Noé Castañón Junior, el mismo que ahora es senador y está envuelto en escándalos de violencia familiar.

Universidad Salazar y Cuna de Líderes, conceptos y marcas desarrolladas y registradas por Emilio Salazar (padre e hijo) también fueron objeto de ataque legal y quisieron “congelarlos”, aunque no fuesen dueños de nada de eso.

EL PROCESO LEGAL

Los dos hermanos, de acuerdo con un laudo emitido por un juez federal, están expulsados de la Sociedad “Instituto de Estudios Superiores de Tuxtla”, siendo los únicos socios Emilio Salazar Narváez y Emilio Salazar Farías.

Ellos dijeron que habían expulsado a Emilio Salazar, padre e hijo, pero atendiendo a la lógica común: no puede la minoría expulsar a la mayoría.

Federico tiene una orden de aprehensión por falsedad de declaraciones, además de que están en revisión legal las actas elaboradas porque pudieron incurrir en delitos como asociación delictuosa y fraude procesal.

Por ejemplo: un seguro estudiantil para quienes realizan su internado, con un costo aproximado de 200 mil pesos fue contratado con su cuñado por unos 800 mil pesos.

En camiones de Cometra movieron dinero desde sus domicilios particulares, otro indicador del tamaño del saqueo.

CERTIDUMBRE

A pesar de todo el trago amargo, doblemente complicado porque se trata de familia, la Universidad Salazar está perfectamente funcionando.

Los socios únicos pidieron un crédito y serán saneadas las finanzas. Quizá les lleve un tiempo, pero lo lograrán. Saben cómo hacerlo.

Se está empezando de cero, regularizando impuestos y  documentación.

Hubo que limpiar la casa de gente improvisada contratada en tres meses, algunos de ellos egresados del Tec de Monterrey, quienes tenían un visión equivocada y distante de la realidad de Chiapas, el más empobrecido del país.

La Salazar ha implantado un modelo de institución que ha funcionado, el cual incluye cientos de becas y prórrogas a estudiantes, muchos de los cuales trabajan y estudian.

Atrás han quedado los días de inquietudes entre los alumnos y padres de familia.

Atrás ha quedado la incomodidad de que, personas que no le tienen afecto a una empresa lleguen a barrer con todo, digan mentiras y alguien les pueda creer.

Destruir una reputación cuesta poco, pero construirla lleva mucho tiempo.

Por algo los usurpadores no se quedaron aquí e intentaron manipular todo desde la Ciudad de México. El notario era de allá. Registraron a la empresa allá. Convocaron a una junta sin los directivos, allá. Fue un fraude planeado y maquinado con alevosía, pero se impuso la legalidad.

Si la justicia de Chiapas, donde se viven nuevos tiempos, es como ha demostrado serlo, hay IESCH, Universidad Salazar y Cuna de Líderes para rato.

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