Bailar las calladitas: La Feria

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SR. LÓPEZ

Vino a México Jared Kushner, principal asesor del tal Trump (… será menos, el joven es yerno de su suegro, punto). Vino a reunirse con nuestro Presidente y eso sí es importante, porque solo para eso viajó.

Hay conocedores del manejo de las relaciones internacionales que están al borde del soponcio, pidiendo las sales, porque la reunión fue en la casa particular de un particular (Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa), como si cambiaran las cosas según donde se habla, que una declaración de amor es linda en la banqueta o en el Palacio de Bellas Artes; igual que mentada de madre duele lo mismo en la iglesia que en el parque. En fin.

El Presidente informó del asunto en su mañanera del miércoles (porque quiso y porque igual se iba a saber, ya ve que la discreción no es el fuerte del tenochca envasado de origen). Que hablaron del nuevo TLC (TMEC), que de inversiones por 5 mil millones de dólares en el sur y sureste del país, y otros tantos en Centroamérica (ya luego que tengan un rato libre le van a contar a los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras). Tampoco importa. Lo que importa es como siempre, lo que no nos cuentan, porque los jefes de estado deben mantener reserva sobre no pocas cosas (eso de la “transparencia” total y absoluta, es una tomada de pelo, que esperemos en Dios, jamás ocurra, porque se causarían muchísimos problemas… digo, por algo se vale que los acuerdos internacionales contengan cláusulas secretas, por algo será).

Lo que pudiera tener alguna importancia, sería que el gobierno federal, gabinete incluido (… ¿qué?… ¡claro que hay gabinete! y secretarios de estado… es cosa de fijarse), y también nosotros, orgullosos integrante peladaje general, intentemos frenar la dinámica como de avispas enchiladas en que estamos… calma, tantita calma: los problemas domésticos, los asuntos internos, son relevantes y algunos, muy graves, y con esos es que nuestro Presidente está tan atareado, peeero, los asuntos que aparte de importantes son peligrosos para el Estado mexicano, no son internos, ni uno, sino externos, todos (particularmente los de interés yanqui).

Por un lado: el gran capital global está atento a las acciones de nuestro gobierno, con ojo de águila nos tienen en la mira… y no van a recurrir a su representación visible (los organismos financieros internacionales), ni a su representación oficiosa (el gobierno de los EUA), sino en caso extremo, agotados primero sus muchos otros recursos. Por lo pronto observan la reacción de nuestras autoridades ante las bajas de calificación crediticia que nos asestan y los adversos pronósticos de crecimiento económico… por lo pronto (el mal sabor de boca de la cancelación del aeropuerto en Texcoco, no se les quita ni con buches de lejía… ya lo terminarán después, total, ¡qué son seis años! para poderes que planean por siglo).

Por el otro lado: don yerno, el tal Kushner, no tiene mucho que tratar sobre el TMEC con nuestro Presidente: el asunto ya se terminó de negociar y está en manos del Congreso yanqui (el de acá aprobará como de rayo, igual que los de Canadá); y mucho menos puede don esposo, comprometer inversiones que suman 10 mil millones de dólares (esas son pláticas de cuates en la cafetería y todo, platicadito, es muy fácil)… nomás para entrar en escala: cerca de la mitad de eso es lo que ni personalmente don Trump ha podido conseguir para su barda.

Tan no fueron la sustancia de la reunión esos temas que no estuvieron presentes los secretarios de Economía, Hacienda ni el señor Seade, que es el que sabe del TMEC (Marcelotzin Ebrard pone el palmito, traduce y adorna la mesa, no más).

Imposible saber de qué otras cosas hablaron, pero del clima y de Macuspana, no,  seguro.

Sería más creíble que hayan hablado, aparte de nuestro papel de facto como tercer país que recibe los migrantes que al tío Sam le pega la gana echar a nuestro territorio; aparte de eso, de lo mucho que le preocupa al gobierno yanqui que México vaya en serio a tratar de atraer inversiones de China.

Según La Jornada (13 de febrero de 2019, página 22), la presidenta de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China, Amapola Grijalva, consultó empresas chinas con representación en México y dijo que hay “interés sustantivo para participar en el Tren Maya, en el Corredor Transístmico, en la refinería de Dos Bocas y en el aeropuerto de Santa Lucía, etcétera”. Al menos esos proyectos requerirán inversiones por 117 mil millones de dólares, por lo cual compañías e inversionistas del gigante asiático están dispuestos a ser parte de éstos”.

Bueno… eso es precisamente lo que el gobierno yanqui no quiere, de ninguna manera. Y eso sí puede ser el punto de ruptura entre ambos países.

A los EUA los tiene mucho más que algo molestos, la penetración de China en América Latina, en especial la estación de seguimiento y observación espacial que ya tiene en la provincia de Neuquén, hasta allá en la Patagonia, Argentina (negociada en su momento por doña Cristina Kirchner, que ya está pagando el precio de su soberana decisión… está a un pelo de irse a la cárcel), más la compra del 90% del petróleo del Ecuador, el proyecto (suspendido) de crear un canal alterno al de Panamá, por Nicaragua (que su presidente Daniel Ortega, está ahora en un huracán de problemas), más el proyecto en marcha de detonar Puerto de La Unión, ubicado en El Salvador, sí, pero donde confluyen ese país, Honduras y Nicaragua, que pudiera ser una base militar China, aquí nomasito.

Los EUA están verdaderamente preocupados porque encima de eso, Rusia ya emplazó en Nicaragua una estación para el Sistema Global de Navegación Satelital (Globalnaya Navigatsionnaya Sputnikovaya Sistema, GLONASS, ‘pa que vea que sí le averigua uno).

… y ahora es mucho suponer que van a dejar que México le abra la puerta a China… los yanquis no son pudorosos ni escrupulosos a la hora de defender sus intereses. Ojalá los del Gabinete convenzan a nuestro Presidente de mejor nomás bailar las calmaditas.

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