CIRO CASTILLO
Hay una canción que dice que la costumbre es más fuerte que el amor.
Para el caso de los mexicanos y chiapanecos, pareceque la costumbre es más fuerte que la pandemia del coronavirus.
Parece que ya nos acostumbramos, en apenas tres meses, a que nos reporten nuevos casos de personas contagiadas y, lo que es peor, muertes a causa delvirus que ha cambiado al mundo.
En México rebasamos la cifra de los 10 mil muertos y estamos cerca de los 100 mil contagios; sin embargo, parece que ya nos acostumbramos a los números, a los que prácticamente ya no hacemos el mismo caso que al principio.
En Chiapas, los últimos reportes indican que más de2 mil personas han contraído el virus contra el que no existe una vacuna que lo prevenga, de las cuales 146 han perdido la vida, pero ya nos acostumbramos.
El fin de semana, en distintas ciudades del país reportaron que miles de personas han dejado el encierro porque ya se cansaron o porque ya se acostumbraron a las cifras diarias del subsecretario de Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, el personaje del momento.
Hubo hasta protestas motorizadas en distintas ciudades contra Andrés Manuel López Obrador, como si este fuera el mejor momento para hacer política.
Hubo protestas en Morelia, Michoacán, porque un equipo de futbol será llevado a Sinaloa.
Hay filas en los bancos, en las pizzerías y en los negocios que venden comida chatarra, porque ya nos acostumbramos, como nos hemos acostumbrado antes, por sexenios, a las muertes que deja el crimen organizado.
Las autoridades de salud, tanto federales como estatales, advierten que estamos en las peores semanas de contagio y seguro habrá más muertes. Ah, pero ya nos acostumbramos…
TREN MAYA, CON TODO Y TORMENTA
La generación de 150 mil empleos es el argumento utilizado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para apresurar la puesta en marcha de las obras del Tren Maya.
Es cierto, el Sur Sureste ha sido una de las regiones más olvidadas por los gobiernos centrales, sexenio tras sexenio, pero ¿era necesario realizar una gira de una semana para poner en marcha esta obra emblemática y en pleno pico de la pandemia?
¿Era necesario empezar la campaña de 2021 cuando millones de mexicanos siguen parados porque a pesar del inicio de la “nueva normalidad”, la mayoría de los sectores sociales y económicos siguen paralizados?
¿Era necesario aventarse una gira de una semana, incluso yendo contra una tormenta tropical, la número tres, que empezó a azotar gran parte del Golfo de México, Tabasco, Veracruz y Norte de Chiapas?
El tabasqueño, viejo lobo de mar y conocedor de la política mexicana, así como la reacción de la población quizá sabe eso: nos acostumbramos a todo y solemos tener memoria de corto plazo.
Ya nos acostumbramos a las mañaneras. Ya nos acostumbramos a los chistes del Presidente. Ya nos acostumbramos al conflicto del mandatario con medios de comunicación, con la oposición, con los actores del período neoliberal.
Ya nos acostumbramos a la conferencia diaria del doctor Hugo López-Gatell, a quienes por un lado reconocemos por su habilidad comunicativa, pero aún hay muchos que no le creemos o hacemos como que no escuchamos sus cifras. Somos unos acostumbrados…
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