Sr. López
La chulísima prima Olga -de las de Autlán de la Grana, Jalisco-, canceló sin explicaciones su boda con el garrudo y muy bien plantado novio que tuvo cinco años. La familia paterna no es de chismes pero esto sí se comentó porque a los dos meses se casó con un compadre de su papá que acababa de enviudar, panzoncito, calvo, chaparrín… millonario. Sí se comentó.
Que el financiamiento a partidos políticos y campañas electorales, sea con dinero del erario (o sea, de todos), en México se justifica aduciendo que así se evita la nociva intromisión corruptora de grupos políticos, empresarios mañosos y de la delincuencia organizada. No es cierto y eso ni remedia nada.
El presupuesto del INE para las campañas en 2024, suma 3 mil 304 millones de pesos; por chiripa casi coinciden los recursos de cada coalición, la de Morena y la de doña Xóchitl (eso aparte de 6 mil 609 millones de pesos para las “actividades ordinarias” de los partidos).
Habrá a quien parezca mucho dinero para las campañas, pero es nada. Los que saben, aseguran que por cada peso legal en campañas, hay 10 de fondeo ilegal, 1,000% más (lectura recomendada, ‘Dinero Bajo la Mesa: Financiamiento y Gasto Ilegal de Campañas políticas en México’).
Son verdaderas cataratas de dinero ilegal lo que gastan los partidos políticos en las campañas en general y las presidenciales en particular. Proviene ese dinero ilegal directamente del erario federal y los estatales, de empresarios (que por ley pueden aportar solo un 10% del autorizado por el INE a cada campaña), también de la delincuencia organizada y aunque en menor proporción, de gobiernos extranjeros, como los EUA y Rusia que han metido y meten su cuchara el peroles ajenos (le recomiendo leer en ayunas, la nota del 12 noviembre de 2017, de la BBC, sobre el programa ‘The Inquiry’ del Servicio Mundial de la BBC… en ayunas para que no vomite).
Los mapaches y los que manejan los partidos políticos, no son de lento aprendizaje, leyeron la ley electoral y mueven en efectivo esas cantidades brutales de dinero ilegal porque es imposible de rastrear y solo se pueden hacer estimaciones.
Es con ese efectivo que los partidos pagan medios de comunicación, tradicionales y digitales (Twitter, Instagram, Facebook, Tik-Tok); periodistas, comentaristas, caricaturistas e ‘influencers’; eventos, banquetes, acarreos para mítines; gastos de sus operadores (ruteros) y lo más importante: el día de los comicios, inhiben el voto, movilizan a sus electores y pagan a sus representantes en las casillas. Ríos de dinero.
Siendo imposible rastrear dinero en efectivo, queda un recurso para tener una idea del tamaño de nuestro despelote electoral: el Banco de México lleva registro y reporta el volumen de dinero que circula en el país en billetes y monedas. Esto no lo sabían los mapaches… y aunque lo supieran no lo pueden evitar.
Resulta que en los años de elecciones, aumenta desproporcionadamente y por encima de la demanda normal de dinero, el volumen de efectivo en circulación (lo llaman, M1). Así ha sido en 2000, 2006, 2012 y 2018.
Para que se haga una idea, cuando la elección de Peña Nieto en 2012, el Banco de México observó un incremento de dinero en efectivo en los meses previos a la celebración de los comicios, de 37 mil 374 millones de pesos. Sin embargo de que es una cantidad inimaginable de dinero, entérese que en el primer trimestre de 2018, cuando las campañas en que resultó electo el presidente López Obrador, se registró en el país un aumento de dinero en efectivo de 43 mil millones de pesos, incremento mayor a cualquiera en los últimos 20 años… nunca hubo más dinero circulando en efectivo en el país.
Para que nos vayamos entendiendo, recuerde que para el año que entra el INE presupuesta 3 mil 304 millones de pesos para las campañas; un chisguete frente a lo que se derrama en efectivo (y de todos los partidos, no crea que alguno tiene el monopolio).
Quede advertido de que pasa lo mismo en las elecciones intermedias, aunque en menor medida, pero no mucho menor: en 2003, 2009, 2015 y 2021, aumentó el circulante y el dato duro que le puedo informar es que en 2015 fueron 28 mil 950 millones de pesos “extras”… nada mal.
Y por si le pasó desapercibido lo de la intervención de gobiernos extranjeros, le hago saber que según un tal Don Levin, del Instituto de Política y Estrategia de la Universidad Carnegie Mellon de Estados Unidos, que se dedica a investigar la intervención de poderes extranjeros en elecciones, del fin de la Segunda Guerra Mundial al año 2000, los EUA se ha metido en más de 80 elecciones por todo el mundo (excepto Oceanía)… y los rusos, en 36. Sí es real eso y en México lo sabemos.
También dice don Levin que los EUA ha tenido más éxitos que fracasos en esas andanzas, por ejemplo cuando le voltearon la tortilla en las elecciones del año 2000, al presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic. Treparon a su opositor y el tío Sam siempre tan justiciero, consiguió que Milosevic fuera juzgado ante el Tribunal Penal Internacional y lo tuvieron preso hasta su muerte en el 2006. Hay veces en que los EUA se ponen tercos y no son muy escrupulosos para imponer su voluntad. Y en México lo sabemos.
Sea lo que sea, más le vale a doña Xóchitl ir haciendo garganta para tragar cosas que aunque no le gusten debe hacer: las elecciones no se ganan con dinero pero se pierden sin dinero. Y que le vaya calculando: enfrenta una real operación de Estado en respaldo a doña Sheinbaum. Nada más para gasto social ayer informó el Secretario de Hacienda, en 2024 van a destinar, 727 mil millones de pesos (al IMSS Bienestar le darán de presupuesto 129 mil millones para que se enchile usted, primero es el gasto electorero, luego lo demás).
Para el Presidente López Obrador no es negociable el asunto: se gana la presidencia de la república, chueco o derecho, donde tope. Doña Sheinbaum lo sabe y no está preocupada, sabe que nada le van a regatear, nada.
Olvidan que no hay trampa que valga cuando la gente sale a votar. Pues, a votar.