A alguien hay que creerle: La Feria

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SR. LÓPEZ

Como bien sabe usted, la familia materno-toluqueña de este menda, era católica de sorprender a un Papa. Católicos de esos que ya no había (entonces, ahora ni rastro). Sin embargo “pasaban cosas” que se comentaban muy a la callada, entre las que destacaba el trepidante caso del viaje de una tía de la que no le digo el nombre, porque sería poco caballeroso. Resulta que la tía pertenecía a un grupo de señoras catequistas, que organizó un viaje (solo para señoras, acompañadas por un santo y anciano sacerdote), que empezaba en Tierra Santa, seguía en Roma, luego Lourdes y culminaba en Santiago de Compostela; todo muy pío. La tía invitó a todas las señoras de la familia y se unieron al grupo, ella, tres de sus primas y la consuegra de una. Treinta días viajando y reafirmando su fe. Precioso. Regresaron y la tía trajo rosarios benditos de todos lados, aparte de una bendición papal que compró en la Plaza San Pedro, llena de fe en que era auténtica. Muy bien… pero pronto, a medias palabras, a susurros, se fue deslizando de casa en casa por Toluca entero que en ese viaje habían pasado cosas. El chisme iba creciendo con la tradicional discreción de los lugares fríos, hasta que ya era innegable que todas las viajeras bailaban en boca de todo mundo. El marido de la tía, con extrema delicadeza y discreción, conversó sobre el asunto con una de las primas de su esposa, con otra, con la tercera y con la consuegra aquella, concluyendo que su esposa y todas, le habían dado vuelo a la hilacha a escondidas del cura que por su edad y condición, se retiraba muy temprano a dormir. Todo indicaba su novísimo estado de cornudo. Sereno, de finos modales, con seriedad y toda corrección lo platicó con su esposa (anónima para usted), quien juró sobre la Biblia, la bendición papal y los rosarios que le sobraban, que eso era una calumnia, una infamia de lenguas viperinas, y se instaló en muy ofendida. Y ahí quedó la cosa, el tío se disculpó con ella, se quedó con sus cuernos… siguió la vida. Ya viudo y viejito, un día el impresentable primo Pepe le preguntó cómo había resuelto eso (porque el chisme pasaba de generación en generación), y le contestó muy digno: -Alguien mentía… a alguien le tenía que creer… y le creí a mi señora, ¡faltaba más! –pues sí.

El viernes pasado se cumplieron los primeros dos meses en el cargo de nuestro Presidente de la república.

Indudablemente ha ratificado ante el respetable, no solo su popularidad sino su firme determinación de hacer su mejor esfuerzo (habían de cuidarlo, retrásenle el reloj, que duerma siesta… algo). No se le ha gastado ni un miligramo la confianza de la inmensa mayoría de los tenochcas simplex. ¡Este es el bueno!… y vámonos tendidos.

Sí, pero algo no cuadra. Toca a sus cercanos la responsabilidad de hablarle en plata, decirle las cosas al ají (para no incurrir en vulgaridades).

Tenemos que creerle a alguien. El del teclado escoge creerle al Presidente (¡faltaba más!)… pero entonces algo no cuadra. Una de tres: es el campeón mundial de la mala suerte y le salieron de plano muy maletas no pocos miembros de su gabinete (no todos pero sí varios, y de los más importantes y conspicuos); o es tal su fulgor que le ciega el seso a sus colaboradores, quienes obran con fe de conversos y lo obedecen con certeza de que llevan a la patria hacia la Salvación; o, tercera: son unos redomados mentirosos que le dan por su lado sin importarles nada, excepto conservar su aprecio. Lo más probable es que sea un poco de cada posibilidad. Pero de que algo no cuadra, no cuadra.

La CNTE en Michoacán bloqueó 17 días las vías de los ferrocarriles del estado, exigiendo el pago de seis mil millones de pesos. Demos por buena la cifra. La pérdida por cada día de bloqueo, según Coparmex, Consejo Coordinador Empresarial y Concanaco-Servytur, rebasa los 17 mil millones de pesos. Algo no cuadra. Después del sexto día ya salía más caro.

El presupuesto federal de este año para estancias infantiles, sufrió un recorte del 50% (2,029 millones menos que en 2018). Son tiempos de austeridad. También se recortó el presupuesto de los sectores vulnerables como mujeres y personas con discapacidad. Solo subió el de Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente (de 2,100 a 2,500 millones de pesos). Algo no cuadra: un programa subió 400 millones, solo el de estancias infantiles bajó más de dos mil. Algo no cuadra.

Según el IMCO, Instituto Mexicano para la Competitividad, cancelar la obra del aeropuerto en Texcoco implica que el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México -paraestatal encargada de la construcción del NAIM-, regrese a los inversionistas 115 mil millones de pesos, mmdp, y que el gobierno pague 155 mmdp a proveedores y contratistas, por cancelación de sus contratos; ellos no pierden un quinto. Eso se autofinanciaba ahora nos va a costar. Algo no cuadra.

Comparando con el presupuesto del año pasado, la pérdida ronda algo así como 3.5 veces el presupuesto de la UNAM; 2 veces el de la SCT; y más de la mitad del presupuesto de la SEP. La obra se terminaba con 88 mmdp de inversionistas (no del gobierno), ahora hay una pérdida de 155 mmdp. No, no cuadra.

¡Pero, espere! (como en los infames “infomerciales”), añada que nos va a costar a todos los austeros (a palos) tenochcas de a pie, el aeropuerto de Santa Lucía, la renovación del de la CdMx y su “mano de gato” al de Toluca.

La refinería de Dos Bocas, Tabasco, dice la secretaria de Energía, doña Nahle, que va a costar 6 mil millones de dólares y que la termina en tres años. El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) del gobierno, dice que la refinería es inviable. Aparte, especialistas de todo mundo y el IMP, dicen que una obra de esas toma un tiempo de entre 5 y 7 años… con un costo de entre 16 mil a 18 mil millones de dólares. ¿Solución?, cambiaron al director del IMP, ahora es Marco Antonio Osorio Bonilla, quien de inmediato dijo que sí es viable y sí sale en eso. Y va, porque… a alguien hay que creerle.

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