LA FERIA/Sr. López
Decían los viejos que tía Licha de niña fue gordita, tal vez, lo cierto es que ya grande era un cetáceo. Nunca casada, viniera o no a cuento soltaba que ella siempre había hecho respetar “el nombre” de la familia, que no había hombre que le hubiera tocado “ni la punta de un dedo”. Y Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, una vez le dijo: -No, ni a quién se le ocurriera, tía -soponcio… pero, digo, 150 kilos… no cualquiera.
Más claro no canta un gallo:
Primero, el 20 de enero pasado, los EUA (la Casa Blanca y el Departamento de Estado), designaron como organizaciones terroristas extranjeras, a seis cárteles mexicanos (los nombres son lo de menos para uno, tenochca simplex nivel banqueta); el gobierno de EUA señaló: “En ciertas zonas de México, funcionan como entidades cuasi gubernamentales, controlando casi todos los aspectos de la sociedad (…) representan un riesgo inaceptable para la seguridad nacional de este país (el de ellos, claro)”. Y no es poesía, esa declaración unilateral le permite al gobierno de los EUA, realizar legalmente acciones fuera de su territorio, sin que sus agentes puedan ser acusados en su país, por ejemplo, de asesinato.
Después, el 1 de febrero de este año, la Casa Blanca emitió una ‘Fact Sheet’ (hoja de hechos, nota informativa, algo así), en la que acusa al gobierno de México de tener una “alianza intolerable” con el crimen organizado: “(…) Esta alianza pone en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos y debemos erradicar la influencia de estos peligrosos cárteles”.
Ayer, 12 de agosto, el Departamento de Estado de los EUA, emitió una alerta a sus ciudadanos, con restricciones de viaje, por riesgo de incidentes de violencia terrorista… en 30 estados de la república mexicana; ¡30 de 32!, algo debe andar un poquito mal, digo.
Dice la alerta: “Tenga más cuidado en México debido al terrorismo, la delincuencia y el secuestro (…) No se permite conducir (auto, agrega este menda), entre ciudades fronterizas mexicanas, la frontera entre Estados Unidos y México, ni el interior de México. Hay algunas excepciones limitadas”… ni en el interior de México… con algunas excepciones limitadas. Sí, puede ser que algo ande un poquitín mal.
Mientras todo eso, doña Claudia Ortiz de Domínguez dice y dice que para eso de la seguridad ya merito se firma un acuerdo con el vecino, y pregona con machacona insistencia, que la soberanía es como el himen patrio y no se toca. Claro. Y lo dice y repite, muy segura porque sabe que el tío Sam es malo pero no está loco, como para meterse a dos millones de kilómetros cuadrados entre 130 millones de tenochcas trompudos… y ni le hace falta, lo que quiere lo consigue y de eso no nos va a informar la defensora de oficio del Señor de los Abrazos: espionaje tradicional, cibernético, satelital y con drones, infiltración de cárteles con agentes encubiertos y muchas más cosas que pueden hacer y hacen, claro, en coordinación, como buenos amiguitos, con nuestras autoridades, porque la soberanía es sagrada, intocable. A todo dar.
Junto con eso, doña Claudia Vicario y Bocanegra, obedece (su mero mole), las peticiones no negociables del gobierno de los EUA; sí, la maestra de obras del segundo piso, con los yanquis no tiene mucho margen de maniobra: les da gusto o le recetan una serie especial de cartelitos de “Se Busca”, con algunos millones de dólares de recompensa por varios gobernadores, algunos generales, miembros de su gabinete, cuatroteros distinguidos misceláneos y por su mero mentor: el Señor de los Abrazos. Y esto no es fantasía: los EUA son capaces de eso y más.
Por eso ayer fue el segundo envío masivo de criminales mexicanos: para tener contento al tío Sam. Fueron 26 personas enviadas casi con moño de regalo, que se suman a los 29 narcos que la dama de Palacio mandó en febrero pasado. Los EUA reciben cascajo porque obtendrá más información (y testigos a modo), sin que por eso se les olvide cobrar afrentas de los que hicieron posible el crimen estructural que padecemos: es imposible que la Bimbo o la Coca Cola fueran clandestinas, los cárteles tampoco y tienen tanto o más personal que esas empresas y flotillas de transporte aéreo y terrestre, todo en secreto, a escondidas… sí, cómo no.
Los EUA actúan conforme a su calvinismo fundacional y sin ni siquiera tener que pensarlo, se comportan con moral formalista, para la que lo importante es cómo se hacen las cosas, el respeto a las normas, a la ley, sin dar peso a consecuencias. Para países no formados en ese estricto protestantismo, eso también importa, claro, pero igual que las consecuencias. Es una inmensa diferencia si lo piensa usted bien, recuerde las dos bombas atómicas sobre Japón.
Así las cosas, no son puntadas esos documentos oficiales en los que acusa a nuestro gobierno de complicidad con el narco; en los que declara terroristas a nuestros cárteles; y la alerta de ayer, del departamento de Estado, que deja claro que no es el 30 ó 35% del territorio dominado por la delincuencia, sino 30 de 32 estados, el 93.75% de las entidades en “riesgo de violencia terrorista”.
No se incluye en lo de arriba, la declaración de junio pasado de la fiscal General de los EUA, Pam Bondi, de que México es un país enemigo, porque eso sí fue una ocurrencia al comparecer ante el Senado. Lo que cuenta son los documentos oficiales.
Esos documentos para su moral formalista son necesarios para actuar después, como quieren actuar y eso no incluye invadirnos, ni les interesa.
Seguramente la bastonera de Palacio sabe (y si no, ahí le avisan, no hay que ser), que eso juega a favor de su intención principalísima de instalar el régimen hegemónico de Morena. Sí, señor.
En la medida en que doña Sheinbaum consiga el control del país (…mmm), y sirva a los intereses de los EUA, no harán nada para debilitarla.
Pero, ya bajo su calcañar, igual van a ir por las cabezas que la doñita no quiere entregar, el tío Sam no concibe eso como traición y prueba la historia, no tiene palabra. Son tan parecidos. Si