La fiesta

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LA FERIA/Sr. López

Los López Michel y los Michel López, allá en Autlán, eran muchos, de cada lado, todos emparentados. Vivían en el pueblo y no se dirigían la palabra ni se saludaban. Nadie decía por qué pero se aborrecían. Una de las hermanas de la abuela Elena se puso necia en invitar a los Michel López a su boda porque a fin de cuentas “eran familia” y contaba la abuela que su papá le dijo: -¿Pues qué quiere usted, niña, boda o matazón? –hubo boda.

Ayer, el primer Ministro de Canadá, el Justin Trudeau, publicó en redes sociales que va a “(…) incluir a los cárteles en la lista de terroristas (…) y lanzar una fuerza de ataque conjunta Canadá-Estados Unidos para combatir el crimen organizado (…)”.

Nuestra Presidenta, en la madrugadora de ayer mismo, dijo: “Nosotros creemos que catalogarlos como grupos terroristas no ayuda por diversas razones (…) no ayuda a la colaboración y al combate (del narcotráfico)”.

No ayuda desde el punto de vista de México. Ayuda mucho desde el de los EEUU.

No ayuda en México, porque esa declaración implica que el Ejecutivo yanqui podrá hacer legalmente muchas cosas que no deja de hacer, pero a escondidas (espionaje), con añadidos como detener dentro y fuera de su territorio a quien le parezca, sin pruebas, sin derecho a defensa, sin derecho a juicio y hasta sin acusación (para mayor información, comunicarse a Guantánamo), lo que espanta el sueño a algunos gargantones nuestros de la política, las fuerzas armadas, la banca y empresarios, que andan en malos pasos (se dice que Guantánamo tiene pésimo “room service”); aparte de congelar e incautar el dinero de los implicados y de las empresas, bancos cómplices y de compañías que mandan remesas… ¡las remesas!. Y en último extremo, realizar operativos militares en el extranjero, léase México, cosa que es difícil pero no imposible, total, palo dado ni Dios lo quita.

Otra consecuencia es que así, los que venden armas a nuestros delincuentes cometerían un delito grave y se irían a la cárcel. Eso ayuda a México pero ni quien se fije.

Es toda una pirueta mental decir que son terroristas los del crimen organizado. No lo son. Ni según la ley de los EEUU, que define el terrorismo como violencia premeditada y con motivos políticos (Código de los Estados Unidos, Título 22, sección 2656 f(d), no está uno inventando). Los de los carteles no tienen motivos políticos, lo único que les interesa es comprar políticos… compran… allá también.

Pero el Trump con Trudeau a las maracas, van a designarlos como grupos terroristas. Y si no le gusta a nuestra Presidenta, que le ponga flores; no puede impedirlo.

La presidenta Sheinbaum, como es fácil suponer, de política internacional debe saber poco. Igual que no sabe de muchas otras cosas. Ningún Presidente sabe de todo. Para eso tienen expertos, su gabinete. Sería de agradecer que le digan a la señora que Canadá no es amigo de México. Nunca lo ha sido. Tampoco los EEUU. Lo que es más, sin trapitos calientes, nos desprecian. Se oye horroroso, es la verdad. Y no se crea el cuento de que nos necesitan, ni lo yanquis ni los canadienses. Les conviene tener trato con nosotros, en algunas cosas. Punto. Pero no dependen de México. Nosotros sí dependemos de los EEUU, no tanto de Canadá.

La firma en 1993 del Tratado de Libre Comercio (TLC), le cayó en el hígado a Canadá, que tenía su propio tratado de libre comercio con EEUU desde 1987. Canadá estaba pando de gusto asociado a los EEUU y obstaculizó todo lo que pudo las negociaciones que se alargaron porque Canadá dejaba de presentarse a las reuniones de trabajo para armar el TLC, que no fue sino la versión trilateral del tratado que ya tenían.

Ahora con la revisión en 2026, de la versión T-MEC del mismo tratado, es previsible que Canadá vuelva a dar la lata, con la excusa de que México hacer trampa con China (hace).

Les caemos mal. No es que ande uno suponiendo cosas. Canadá después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en los EEUU, se opuso frontalmente a la firma de un tratado trilateral (México, EEUU y Canadá), de fronteras inteligentes. Y lo consiguieron, los EEUU tuvieron que firmar tratados aparte con cada vecino. Canadá logró excluir a México del concepto Norteamérica. Qué lindos. (Fox hizo un berrinche monumental).

En 2009, Canadá decidió pedir visa a los mexicanos. Se quitó en 2016. A los seis meses, el fino Justin Trudeau la volvió a poner; ahora también hay la Autorización Electrónica de Viaje, pero es lo mismo.

Si en los EEUU hay racismo, en Canadá hay más, infinitamente más, tanto que el tal Trudeau, lo tuvo que aceptar: “Hoy miramos al presente y reconocemos que la realidad en casa no cumple los estándares que proyectamos al mundo. La discriminación racial persiste en nuestras comunidades (…)”; y lo ha dicho varias veces, tal vez de dientes afuera.

Pero el cielo se está encapotando. Entre marzo y octubre de este año (es largo de explicar), en Canadá elegirán nuevo Primer Ministro (no exactamente pero sí). Y el que va arriba en todas las encuestas y por mucho es un tal Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, que no oculta su aversión por México y ha declarado que está dispuesto a negociar con EEUU (Trump), que México sea excluido del tratado de libre comercio, “haré lo que sea necesario”, dijo en noviembre pasado.

Para ahorrarle explicaciones, el tal Pierre Poilievre, es la versión canadiense del Noroñas (lo han expulsado de alguna sesión del Parlamento por majadero); es populista y más peligroso que el Trump pero el asunto es más serio porque aparte del Poilievre, en Canadá crece el clamor de echar a México del tratado comercial, así lo expresaron en noviembre pasado, los 14 primeros ministros provinciales y territoriales, quieren un acuerdo bilateral con EEUU.

Más nos vale que asesoren bien a doña Sheinbaum, como sea, el Trump está acostumbrado a los mexicanos (trabajan en sus hoteles, le cargan la bolsa del golf, le son simpáticos), se tiene que cuidar más de los canadienses, esos pueden echar a perder la fiesta.

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