Y no se quita: La Feria

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Sr. López

Hace mucho le conté de tía Lita (Carmen, Carmelita, Lita), que permitía a un compadre de su marido, mandar en casa de ella. Era muy desagradable ver como lo obedecía, tanto que la legendariamente prudente abuela Virgen (la de los siete embarazos), un día le dijo que lo mandara a volar, que ni la puerta le abriera, pero la tía contestó: -Él nos paga la renta –enmudeció el palenque.
¿Los EUA intervienen en asuntos extranjeros?… sí. Igual hacen Rusia, China, Reino Unido y Francia. Esos cinco países que en el Consejo de Seguridad de la ONU, pueden vetar cada uno cualquier decisión. Son los que mandan, punto. ¿No le gusta?, a este menda tampoco, pero dada la dificultad de irse a vivir a otro planeta, se resigna uno a que así funciona este. Ni modo.
No se crea que eso del intervencionismo, es cosa nueva. En la región de Sumeria, se han encontrado documentos del 3,500 años a.C., tratados, reclamos y disgustos entre ciudades poderosas y otras no tanto aunque, todo hay que decirlo, en esos ayeres el método favorito de resolución de controversias era matar al vecino, arrasar sus poblados y esclavizar a su gente (por algo amurallaban las ciudades-Estado, no era para atraer turistas).
Por falta de espacio pasemos de un brinco al final de la Segunda Guerra Mundial. De esto todos tenemos alguna idea, así que solo digamos que se fundó la Organización de las Naciones Unidas (sujetos todos los países a los que tienen veto en el Consejo de Seguridad)… pero empezó la Guerra Fría entre la URSS y los EUA y se le aguó la fiesta al tío Sam. Como sea las dos potencias hicieron y deshicieron en los países bajo su influencia.
Luego en 1991 se derrumbó el bloque soviético, la URSS, a resultas del fracaso económico inevitable y continuo, del socialismo frente al capitalismo, para ni mencionar que en los países bajo el yugo comunista, hablar de democracia o derechos humanos era un mal chiste, como sigue siendo hoy en Cuba, Nicaragua y Venezuela, por hablar del vecindario.
Así, los EUA creyeron quedar como única potencia mundial, pero poquito a poco han tenido que matizar su ansias de dirigir al planeta entero, no solo por los muy importantes países del Islam -que de plano no descifra el tío Sam-, sino porque China le entró al jueguito de comerciar con el mundo y los tiene con el Jesús en la boca, porque es el país líder de la zona de libre comercio más grande del mundo, la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), firmada en 2020 por 15 países que suman dos mil millones de personas; aunque los EUA siguen siendo la primera potencia del mundo en todos los órdenes… todavía.
El asunto es que los EUA, ya desde cuando organizaba golpes de Estado en América Latina y el Caribe, dio inicio a políticas de financiamiento que les parecieron de efectos menos adversos a su imagen y de mejores y más duraderos efectos. Pues sí.
Al amparo de la Ley de Seguridad Mutua de 1951, de los EUA, se firmó el primer acuerdo binacional de asistencia a México para nuestro desarrollo. Ellos daban, nosotros poníamos la mano.
Luego, en 1961, con Kennedy, los EUA, muy preocupados por la expansión del comunismo, emitieron su Ley de Ley de Asistencia al Exterior, con la que crearon la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), bajo la autoridad del Departamento de Estado de ellos y con un obeso presupuesto. No fue hasta fines de la década de los años 70, que USAID empezó a “operar” en México, debido, según sus reportes “a una realineación global de actividades”. Da lo mismo, empezamos a recibir “asistencia al crecimiento económico, transferencia de tecnología, apoyo en desastres y gobernanza democrática”.
La USAID no esconde sus intenciones y estipula clarito que “su objetivo principal es profundizar y fortalecer la alianza estratégica entre los Estados Unidos y México para reducir la impunidad y la corrupción, limitar el entorno propicio para la delincuencia y ampliar los mecanismos sustentables para el comercio y la prosperidad”. ¿Son unos metiches?… con no poner la mano.
Y llegamos al tema. Ayer, el Presidente, en su mañanera informó que está preparando una nota diplomática al gobierno de los EUA, por su financiamiento a la oposición en México y su intervención en la elección del 2 de junio. Se refiere al financiamiento de USAID a Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad. Ya encarrerado, añadió que “esas acciones son una violación a la Constitución y la soberanía de México porque no pueden gobiernos extranjeros estar financiando a opositores, y los opositores no deben estar recibiendo dinero de extranjeros”.
Sí, ya sabemos, miente como respira, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, no es opositor a su gobierno, pero como dice verdades… para él sí son. O sea: la verdad es su opositora. Lástima.
Ojalá le expliquen al Presidente, que México es el segundo país de América al que más dinero asigna la USAID (solo tras de Colombia), cientos de millones de dólares y que destina más del 93% de su presupuesto en México a financiar a su gobierno, el de él, y a los gobiernos estatales, mientras a organizaciones no gubernamentales, asigna menos del 7%, sin engaño.
Ya en esas, que le sugieran que en vez de mandar una nota diplomática a los EUA, pida que le respondan la que les mandó, por lo mismo y para lo mismo, en mayo de 2021, hace más de tres años y que nunca le contestaron. O más fácil: que ya no ponga la mano. Órale.
Lo que sucede es que el asunto del Mayo Zambada lo tiene preocupadillo, no mucho, nomás tantito y fiel a su costumbre, suelta un petardo que distrae al respetable acá en México, pero no allá… viera que los EUA no se distraen.
Pero no se crea que es una tontería lo que dijo ayer el Presidente, para esas maniobras es vivísimo. Alza la vara, sube la apuesta, para que cuando él sea expresidente y salga la mugre en el juicio del Mayo, pueda proclamar que es venganza. Se le desea lo mejor, pero el tío Sam no entiende esas sutilezas, va derecho y no se quita.

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