Sr. López
Tía Lita (Camila, Camilita… Lita), era de las de Toluca, señorita a sus casi ochenta que vivía con desahogo y sin problemas, pero era un lamento perpetuo; cuando no le dolía una cosa le dolía otra, su médico la visitaba no menos de una vez por semana (le recetaba chochitos de azúcar), y no era raro que guardara cama e hiciera que la fueran a ver sus sobrinas. En una cena de fin de año a la que no fue porque estaba grave, Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, brindó “porque Dios conserve la mala salud de hierro de tía Lita”. Y sí, murió dormidita, pasados los cien.
Se comprende la motivación contante y sonante, de las columnas y artículos de opinión, que alaban al régimen hasta provocar arcadas (movimientos violentos del estómago, anteriores o simultáneos al vómito, dice el diccionario), repitiendo las rudimentarias mentiras oficiales, en las que el Presidente y su fallido gobierno, resultan ser mejores que el caldo de gallina.
Pero, confiesa este su texto servidor, que escapa a su entendimiento el tremendismo de algunos comentaristas de gran calado, que presagian la inminente pérdida de la democracia en el país y el inevitable arribo de una dictadura comunista. Tal vez sea porque si hablaran de las cosas buenas de todos los días, no los leerían ni sus señoras madrecitas, tal vez.
Ahora mismo, son motivo de la mayor alarma la asignación de las curules de representación proporcional en el Congreso (las plurinominales); y la iniciativa de reforma constitucional que desaparecerá al Poder Judicial como lo conocemos.
Sobre la desproporción que habrá entre el triunfo en las urnas de Morena, el Verde y PT, y el número de legisladores que tendrán en ambas cámaras, en particular en la de diputados, lamento decirle que no hay remedio: así como se está calculando ahora se ha hecho antes, solo que a favor de los hoy opositores. No se trata de que nos guste, se trata de que nuestra ley así lo manda. Toca, chile y agua lejos. Lástima.
A riesgo de desatar su ira, añade el tecladista: si el Tribunal Electoral federal cambiara el método de asignación de los legisladores plurinominales, por coaliciones y no por partidos, sería un atraco contra los que se alzaron con el triunfo electoral el 2 de junio. La ley es la ley o somos todos unos simuladores.
Todavía falta que el INE aplique los criterios del acuerdo INE/CG193/2021: 69-78, para verificar la ‘afiliación efectiva’ de los candidatos triunfadores, para impedir la trampa de esconder candidatos en otros partidos. Si Morena y rémoras cayeron en esa artimaña, pueden perder diputaciones plurinominales… ya se verá.
Otro comentario sobre el pavoroso caso: Morena & Cía., no tendrán en la Cámara de Senadores las curules suficientes para reformar la Constitución a su gusto, les faltarán tres más o menos. Luego entonces, nadie debería estar tan preocupado, pero la verdad es que todo mundo está con los pelos de punta porque se da por descontado que los señores cuatroteros, comprarán, rentarán o asustarán al número suficiente de opositores para conseguir que aprueben sus iniciativas y consigan sus propósitos. Eso es lo que está en el fondo de la cazuela: no confiamos ni en los que supuestamente se oponen el régimen lopezobradorista. Triste nuestro caso.
Un último comentario: nuestras leyes electorales son barrocas, complicadas, enredadas y no sirven para hacer las cosas bien y con sencillez, porque son leyes para tramposos. De veras, triste nuestro caso.
De lo segundo, de la reforma al Poder Judicial, de la elección popular de jueces, magistrados y ministros, sin sesgo ni mala intención, pregunto a usted: respecto de los ministros de la Suprema Corte, ¿ya lo pensó?… ¿en serio?… la ley como ahora está, faculta al Presidente de la república a poner a quien le pegue la gana como ministro: propone tres candidatos, sus candidatos, al Senado y escogen uno; si le rechazan la terna, manda otra; si se la vuelven a rechazar, el Presidente nombra al que él quiera de esa segunda terna.
Con la propuesta como está, el Presidente perderá esa facultad: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, propondrán cada uno 10 candidatos para cada cargo de Ministro y esos se van a elección popular y como los candidatos no podrán hacer campaña, la gente votará a ciegas (si vota), por los 9 ministros que se propone queden en vez de los once actuales, o sea, la gente votará eligiendo entre 270 candidatos (30 por 9), eso y una tómbola es lo mismo y ningún Ministro el deberá el favor al Presidente actual ni a la próxima Presidenta, a ella, menos.
Todo lo demás de la propuesta es un sinsentido. Es casi imposible elegir popularmente a todos los demás jueces y magistrados. Salen unos números de candidatos de risa loca. Algo se les ocurrirá a los diputados. Pero vamos a ser la burla del mundo, ya somos por andar con esas ideas que ni en Bolivia. Ni modo.
Para los que vaticinan la dictadura y el comunismo en México, se les recomienda tomar su tecito de tila y ya calmados, recordar que México tiene firmados 14 Tratados de Libre Comercio con 50 países; más acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones con 31 países; y otras cosas. Además, México forma parte de la Organización Mundial del Comercio, el Mecanismo de Cooperación Económica Asia-Pacífico, y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos. Por cierto, en los tratados se protegen los derechos humanos, la democracia.
Y la Constitución desde el 10 de junio de 2011, otorga a los tratados internacionales el mismo nivel que al texto constitucional. La Ley Suprema de México se compone de la Constitución, las leyes generales y los tratados internacionales (artículo 133 de la Constitución).
No son enchiladas cambiar nuestro régimen a uno autoritario y encima, no se le vaya a olvidar, dependemos económicamente de los EUA, que no van a permitir ni locos una Venezuela en México, poniendo en riesgo sus inversiones, sus intereses.
Así que, sosiéguese, México goza de una mala salud de hierro.