Se recibe cascajo: La Feria

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Sr. López

A tía Olga nadie visitaba en su casa porque daba asco. Todo sucio, pringoso y desordenado. La abuela Virgen, la de los siete embarazos, una vez le dijo que le iba a mandar una “muchacha”, y tía Olga dijo que no, que tenía una nueva porque todas las anteriores hacían muy mal el quehacer. Total, con no visitarla.
Decíamos el viernes pasado que no son como para echarse ceniza en la cabeza, ni rasgarse las vestiduras, algunos de los nombramientos que hizo doña Sheinbaum para su gabinete.
Sin embargo, dos de ellos ameritan un comentario adicional. La ratificación de Ariadna Montiel Reyes, al frente de la Secretaría del Bienestar, hace risible cualquier discurso contra la corrupción del próximo gobierno federal, siendo sabido que esa dependencia desprende intensos hedores de putrefacción, pues esa Secretaría es tan generosa con los viejos que le da pensión hasta a los que no existen.
Si doña Sheinbaum usa su poder para impedir auditorías a la Secretaría del Bienestar o sepultar sus resultados, adquirirá la calidad de cómplice, aunque nadie se lo diga y la prensa silbe volteando a otro lado… pero lo malo es que está atrapada: no puede dejar que se ventilen las trapacerías ahí cometidas por la posibilidad de salir embarrada si resulta cierto (es cierto), que se desviaron ingentes cantidades de dinero para apoyarla en su camino rumbo a la presidencia; la solución pudo ser no ratificar a doña Montiel y deslindarse. No fue posible. El aún hospedado en Palacio, sabe qué hay debajo de esa cobija y fiel a su estilo, impuso la ratificación de la doñita… y si no fue el Presidente, si fue por cálculo personal de doña Sheinbaum, peor. Y esto no tiene arreglo, con y sin auditorías. Este será nuestro primer gobierno tiznado de corrupción antes de iniciar, todo un récord.
Lo bueno es que lo de la Secretaría del Bienestar es doméstico y doméstico se queda. No tiene consecuencias fuera del país y aquí dentro, es legendaria la capacidad de nosotros los del peladaje para el olvido selectivo, el que todo se nos resbale. Además, como seguirán recibiendo su dinero los que lo reciben, lo demás no importa.
No es el caso con el nombramiento de Mario Delgado como secretario de Educación Pública, que de no haberlo hecho doña Sheinbaum en persona y públicamente, parecería broma (mala). Si hay alguien en el panorama político nacional que no debía ser Secretario de Educación Pública, es él.
Don Delgado es de ese tipo de funcionarios buenos para un barrido o para un fregado. A todo se presta. A nada le hace gestos. Es de los que sonriendo se tragan sapos -pero vivos-, y piden más. A las órdenes de Marcelo Ebrard, trabajó en la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal (DF); luego en la Secretaría de Desarrollo Social del DF; llegó a secretario de Finanzas; y por último, durante un año y siete meses fue Titular de la Secretaría de Educación del DF; todo bajo el ala protectora de su entonces mentor, Marcelo Ebrard quien, por cierto, el 6 de septiembre de 2023, dijo de don Delgado que era un “cobarde” y lo acusó de realizar actos del “viejo régimen” (el del PRI, se entiende). Salieron peleados, don Delgado es de lealtad flexible.
Don Delgado en 2012 fue senador por Movimiento Ciudadano (entonces Convergencia por la Democracia), participó en el Pacto por México y en la aprobación de las reformas estructurales de Peña Nieto, entre las que estaba la reforma educativa a la que López Obrador se oponía y don Delgado fue de sus principales promotores; entre otros mensajes por tuiter, el 13 diciembre 2012 puso: “Es necesaria la #Reforma Educativa por que el 40% de jóvenes entre 16 y 18 años no asisten a la escuela necesitamos #Calidad Educativa”; añadió el 13 de diciembre: “La evaluación de los docentes será fundamental para elevar la #Calidad Educativa #Reforma Educativa”; y ese mismo día: “Por la #Reforma Educativa, legisladores debemos impulsar reformas con miras a elevar la calidad de la #educación en el país #Calidad Educativa”; también hay mensajes de don Delgado defendiendo los exámenes de ingreso y promoción para los maestros, pero falta espacio.
Lo que importa es que ya incorporado a Morena, como el ya presidente electo López Obrador seguía opuesto a esa reforma, don Delgado dio la voltereta; 18 de septiembre 2018, puso en tuiter: “Vamos por una verdadera #Reforma Educativa que no castigue a los maestros y donde la evaluación tenga un impacto en la educación”; y antes, el 14 de mayo de 2018, le atribuyó a Ricardo Anaya esa reforma que ahora ya le daba asquito: “Anaya aprobó la #Reforma Educativa y no es suficiente cambiar la instrumentación; hay que cambiar la Ley”.
Como se ve, es un señor de convicciones, de una pieza don Delgado. Y va a ser Secretario de Educación; y nada de descalificarlo por su absoluta falta de preparación, que ya fue secretaria doña Leticia Ramírez, que trabajaba en Palacio en Atención Ciudadana, y doña Delfina, Lady 10%.
Nada más que hay un detalle: lo del mentado Delgado es un asunto que rebasa fronteras. El tal Delgado está bajo la lupa de fiscalías y agencias policiacas de los EUA, por señalamientos de recibir dinero de narcotraficantes. No son chismes de prensa. Cuando hay tantos indicios y menciones, se debe reaccionar con energía, para despejar dudas y mantener el prestigio. El Presidente dice: “no tienen pruebas”… pues claro que no.
Porfirio Muñoz Ledo, que no era un mequetrefe, lo señaló de recibir financiamiento ilegal y el 30 de marzo de 2021, escribió en tuiter: “Mario Delgado, acorralado por la justicia, se vuelve enemigo vociferante del INE”; y es que el 25 de marzo anterior, la Sala Especializada del Tribunal Electoral federal había ordenado dar vista a la Unidad de Inteligencia Financiera y al INE, para aclarar supuestos “financiamientos privados” que recibió en la búsqueda por la presidencia de Morena. No pasó nada. ¡Cuánta mugre!
Doña Sheinbaum no tiene necesidad de que después algún maldoso pinte en la fachada de Palacio: se recibe cascajo.

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