Sr. López
Hace mucho se lo conté, tío Daniel adoraba a su hija única, la prima Guillermina, y la veía esplendorosamente guapa, siendo que era idéntica a él, chaparrín, con cuerpo de tinaco y cara de sapo sonriente, porque era de muy buen humor (ella menos), pero feo en serio, feo de que no le contestaran el saludo los que no lo conocían, sorprendidos de que semejante adefesio hablara, así de feo. Pero era rico, “lo que algo ayuda”, decía tía Guille su esposa, y ayudó mucho para hacer de la prima la Reina de la Preparatoria, primera reina que en la fiesta de coronación se tuvo que poner ella misma la corona, no tuvo chambelanes, ni bailó, bueno, sí, con su papá. Ni modo.
El cuatroteismo es esa religión laica, única depositaria del auténtico mensaje de redención nacional que entre sus dogmas sostiene que su fundador Andrés Manuel, es el mesías anunciado por las profecías del antiguo testamento del auténtico priismo; y que fuera de la 4T no hay salvación (“extra transformatio non est salus”); y enseñan desde su legítimo magisterio partidista, que Andrés Manuel, estando en Palacio dijo: Bienaventurada eres Claudia y te digo: tú eres Claudia y sobre esta piedra edificaré mi continuidad, y las puertas de los opositores no prevalecerán contra ella. Apacienta mi rebaño, apacienta mis solovinos y a ti Claudia, te daré las llaves del Reino de Morena y lo que ates en el partido quedará atado en el reino del erario. Y esta verdadera fe sostiene que Andrés Manuel habrá de resucitar el mismo día de su muerte política, al entregar la presidencia, para reinar por los siglos de los siglos. ¡Amén!… hincados.
Solo los que no vivieron en tiempos del priismo imperial, se impresionan por los fervorosos eventos masivos de apoyo a la candidata a la presidencia de la república, elegida por el Presidente de la república (no se le olvide el detalle), actos en los que todo es mentira: los asistentes son rentados, los mensajes son de ocasión y el entusiasmo, falso. Si los mítines de masas y las dádivas aseguraran el triunfo electoral, el PRI jamás hubiera perdido el poder; y ya ve.
Pero así y todo, el cuatroteismo existe y tiene fieles, muchos o no tantos, eso ya se sabrá, pero su fe es inconmovible y sorprende en particular su confianza absoluta en las encuestas que les aseguran un triunfo electoral que elevará a los altares de la patria a la elegida por su protector y salvador, como sucesora fiel, sucesora leal y sucesora obediente, por encima de todo. Allá ellos.
Esa certeza prematura de que tienen segura la victoria en las elecciones del próximo 2 de junio, aparte de que les espanta votantes a ellos, porque para qué tomarse la molestia de ir a votar si ya ganaron, aparte, digo, no resiste análisis. Esa su peculiar confianza en las encuestas, no la respaldan los hechos. Lo hemos comentado antes pero viene bien recordarlo:
En la campaña presidencial del 2000, cuando el Chente Fox ganó las elecciones, de 55 encuestas, 47 daban por seguro triunfador a Francisco Labastida y solo ocho señalaron a Fox (esas 47 encuestas las hicieron muchas de las mismas empresas de ahora). Fallaron.
En el proceso electoral de 2006, de 53 encuestas, 36 aseguraron el triunfo de López Obrador y 17 el de Calderón. Volvieron a fallar, ‘haiga sido como haiga sido’, volvieron a fallar.
En el 2012 sí le atinaron las casas encuestadoras comerciales que conocemos y de 41 sondeos de opinión realizados, 39 resultaron a favor de Quique Copete, una para Josefina Vázquez Mota y una para López Obrador. Pero tómeselo con pinzas porque la verdad es que don Peña Nieto tiró millonadas desde antes de ser candidato a la presidencia y en su campaña, por lo que más conviene revisar los datos de los monitores y encuestas independientes que hicieron 25 sondeos, en los que Peña Nieto no ganó en ninguna encuesta y López Obrador sacó 23 a su favor. De pena ajena.
Así las cosas como que mucha confianza no dan las encuestadoras de esta nuestra risueña patria con una excepción: Massive Caller, empresa de Monterrey fundada en el año 2015 que ya se extendió a Argentina, Perú, Panamá, Brasil, Guatemala, Venezuela, Estados Unidos y España. ¿Por qué?, porque acierta.
Massive Caller hace encuestas ‘robóticas’ vía telefónica, con mensajes grabados y la gente puede mandarlos a volar nomás cortando la llamada pero los que aceptan responder, mediante su teclado, han resultado ser más confiables en sus respuestas que cuando responden cara a cara. Esta encuestadora tiene capacidad para realizar un millón de llamadas por día, porque las computadoras no se cansan, no se distraen ni se equivocan al anotar respuestas.
¿Es cierto esto de Massive Caller?, juzgue usted: en las elecciones de 2016, apenas con un año de existir, acertó sus pronósticos de resultados de las 12 elecciones de gobernador de ese año, de 12, 12. Y se cimbraron las dirigencias de los partidos. En las elecciones del 2017, volvieron a acertar en todas las elecciones estatales. También hace encuestas para empresas privadas y el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas en Nuevo León, dice que Massive Caller “roza la perfección”.
Y sus encuestas ayudan a detectar cosas “raras”: en ese 2017 acertaron en las elecciones del Estado de México, Nayarit y en la de Coahuila, mientras duró el PREP iban bien, pero se detuvo de madrugada el PREP y en la mañana resultó que ganó el PRI. ¡Chin!
Todo este galimatías que le cuento es para informarle que según la encuesta de Massive Caller, del 26 de diciembre pasado, la distancia entre doña Sheinbaum y doña Xóchitl es de 5.9 puntos porcentuales a favor de la elegida de Palacio. Nada. Y en la encuesta por coaliciones, entre Morena-PT-Verde y PAN-PRI-PRD, la distancia es del 6%.
Para acabar el cuadro, el porcentaje de indecisos ronda el 20%, con el detalle de que doña Sheinbaum mantiene su posición sin subir, está en su techo y doña Xóchitl viene de abajo.
Así, si al tenochca simplex le da la gana salir a votar, en Palacio se van a quedar sin fiesta y sin corona.