Ciro Castillo
Dirían los abuelos: “corren” los primeros días de 2024 y algunos todavía confundimos el año en el que estamos. Quizá nos quedamos un poco anclados a lo sucedido en 2023.
La realidad es otra. Ya va siendo tiempo de pasar de los buenos deseos del 24 y 31 de diciembre a poner “manos a la obra”, porque el éxito no es fruto de la casualidad sino del tesón.
Este año, en materia política, hay un gran proceso electoral en el que por primera vez en la historia de México la nación será gobernada por una mujer.
También se elegirán a nueve titulares del Poder Ejecutivo en igual número de entidades, entre ellas Chiapas, sin contar a cientos de alcaldes, diputados locales, federales y senadores que buscan ser electos o reelectos.
Los expertos en cuestiones emocionales y los gurús de la motivación recomiendan ir de a poquito, es decir, de poco o de nada servirá plantearnos metas inalcanzables; al contrario, podría resultar contraproducente.
De granito en granito se llena el buche, y en el caso de los procesos electorales, es claro que mucho de lo que sucede en entidades como la nuestra depende del ejercicio de gobierno; sin embargo, no podemos poner todas nuestras expectativas en un proyecto o personaje.
Mantengamos el optimismo y que la esperanza sea lo último que muera; sin embargo, también pongamos los pies sobre la tierra y consideremos que un alcalde, un diputado, un gobernador, incluso, una presidenta de la República, no cambiará nuestro contexto cercano ni al país entero en seis años.
El PRI con sus 70 años de ejercicio de gobierno y su regreso; el PAN con sus dos sexenios; y Morena con el primero, ya nos demostraron que una forma de gobierno puede marcar diferencia, pero no terminará con una serie de problemas. Al contrario, siempre se corre el riesgo de meternos en un “atascadero”.
Si no nos creen, miremos a los argentinos cómo les ha ido. Ahora mismo, cuando apenas estrenaron a un gobernante de ultraderecha y muy populista ya están metidos en una crisis.
Cierto es que el contexto general en el que vivimos influye, pero el primer contexto que debemos modificar, insistimos, de a poquito, es el nuestro…
CAPIRUCHA
Con la advertencia de que en política nada está escrito, todo parece indicar que la disputa por la candidatura de Morena a la Presidencia Municipal de Tuxtla Gutiérrez está entre Ángel Torres y Aquiles Espinosa.
Uno, no podemos cerrar los ojos a ello, tiene todo el respaldo de Palacio Estatal, además de que el hombre, tuxtleco de nacimiento, le ha sabido sacar jugo a lo de hoy: las redes sociales.
Se le mencionó, lo escribimos, entre los aspirantes a una eventual candidatura a la gubernatura pero todo indica que lo suyo es “conejolandia”.
Por alguna razón que, seguramente parte de una absoluta confianza y lealtad, el gobernador Rutilio Escandón Cadenas lo puso en la Secretaría de Obras Públicas, una instancia que suele corromper a muchos y meter en líos a otros.
Del otro lado del ring está otro cercano a Rutilio Escandón, pero, ojo, y resulta curioso, también cercano a Carlos Morales Vázquez, alcalde capitalino que, parece, bajará el telón de la política momentáneamente.
Al principio muchos consideraban que el titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte (hoy con licencia) no tenía muchas posibilidades; sin embargo, también, pian pianito, se fue colocando en el ojo del electorado y hoy pinta arriba en algunas encuestas.
Claro que hay otros varios jugadores, tal es el caso del diputado local con licencia y empresario, Felipe Granda, quien trata de evitar que otra vez se le “escape la lisa” de las manos.
Hay otros más que están haciendo “talacha” y su “luchita”, pero siendo ecuánimes y apostando a la objetividad, parecen estar comenzando a quedarse rezagados.
Ojo, hablamos del partido guinda, solamente. Faltará ver qué aporta la oposición llegado el momento, pero un Willy Ochoa que pone grandes espectaculares lo único que hace es apantallar, hasta ahora no parece ser la solución…
ADEREZOS
-Alguien le tuvo que haber dicho algo al presidente de México, quien el miércoles hizo un llamado a la unidad, cosa poco común en él. Andrés Manuel López Obrador, por eso tuvo mucho éxito en la oposición, está acostumbrado a las “trompadas”. Le funciona, sobre todo entre los suyos, confrontarse con quien se le ponga en frente. Ahora bien, si él sabe salirse de la burbuja, debe tener claro que hay mucha división en el país, cosa que a nadie sirve de mucho…
-El fenómeno Xóchitl Gálvez parece ir en decadencia. Aunque todavía no comienzan oficialmente las campañas, el discurso “picoso” de la senadora con licencia parece estar yéndose en picada. ¿Será que no le han aconsejado bien? ¿Será que no se ha dejado aconsejar? ¿O será que cargar con el desprestigio, sobre todo del PRI y el cascarón del PRD, comienza a pesarle? Falta tiempo, pero la oposición parece muy desdibujada…