Ciro Castillo
¿A qué le tiran los diputados federales quienes aprobaron el martes de esta semana reducir a 18 años la edad mínima para ser, precisamente, diputado federal?
¿Será que realmente están pensando en la inclusión de los jóvenes o será que están tratando de “seducir” a 15 millones de votantes que tienen entre 18 y 25 años de edad?
¿Creen los legisladores que al ofrecer curules a ciertos jóvenes privilegiados (porque no cualquiera tendrá la oportunidad de alcanzar un escaño) y reducir a 25 años la edad mínima para ser Secretario de Estado lograrán captar a este sector social, cada vez más crítico y apático?
¿Veremos en San Lázaro para la siguiente legislatura a una camada nueva de juniors? ¿Es decir, hijos, sobrinos o nietos de algunos de los políticos de mayor renombre en los estados y en el país? Esa película la hemos visto por décadas, solo que con un poquito de más años. Abundan los Beltrones, los Massieu, los Murat y así podríamos recorrer el país con una amplia lista.
¿Cuando se tiene 18 años realmente se posee la capacidad para acudir a la Cámara de Diputados y legislar? Habrá quienes sí tengan ciertas cualidades, pero la mayoría aún no decide realmente a qué se dedicará en la vida.
Aunque la legislación aún tendrá que pasar por la Cámara de Senadores y deberá contar con el aval de al menos 17 congresos en los estados, el arroz parece cocinado y tiene, a nuestro parecer, tintes electorales.
Los legisladores, y lo peor es que ahora son de casi todos los partidos y colores, otra vez vuelven a demostrar que legislan desde sus escritorios y sin conocer la realidad de lo que sucede en el país.
En lugar de dar cargos o repartir curules para unos cuantos jóvenes deberían preocuparse por mejorar los espacios educativos, los servicios de salud y la generación de empleos bien remunerados.
¿A poco los dirigentes de partidos dejarán que los jóvenes impongan su opinión cuando se trata de hacer leyes?
Por lo pronto, ya hay respuestas en redes sociales. Por ejemplo, en algunas imágenes muestran a jóvenes quienes una vez que reciben su dinero de la beca del Bienestar lo derrochan en un dos por tres…
Otro debate
El otro tema que está en boga en la Cámara de Diputados tiene que ver con restarle facultades al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
No creemos, y en eso coincidimos con Andrés Manuel López Obrador, que sus integrantes sean unas hermanitas de la caridad y que no se dejen seducir por “don dinero”; sin embargo, parece que el fondo es otro.
No es casualidad que los primeros que están empujando acotar el poder del máximo organismo electoral sean nada más y nada menos que Mario Delgado, dirigente nacional de Morena y Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI.
Ambos se aferran a dejar las sillas máximas de sus partidos, pues de lo contrario no tendrán oportunidad de estar en la repartición del pastel: llámese senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales y hasta presidencias municipales.
El que tiene la cara más manchada de lodo es “Alito” Moreno, ex gobernador de Campeche, quien sigue peleando por las migajas que ahora quedan en el tricolor, otrora el partido más poderoso.
Con sus actitudes corre el riesgo de que el partido del que salieron grandes personajes de la historia mexicana (quiérase o no) se convierta precisamente en eso: en historia.
Por su parte, Mario Delgado, a pesar de que conduce las riendas del partido guinda, con el que ahora todos quieren, comete el mismo error que cometen todos: aferrarse al poder.
Hubo en estos días hasta una rebelión al interior de los diputados federales de Morena, pues muchos de ellos llegaron por “la inclusión” avalada por organismos como el INE y el propio TEPJF.
Consideran que, de concretarse la reforma que “acota” al Tribunal Electoral, entonces tendrían menos posibilidades de repetir en el cargo o de que otros tengan la oportunidad de asumir una curul en San Lázaro. Al fin y al cabo, intereses…
Aderezos
-Quien defendió la aprobación de le reforma que permite a jóvenes de 18 años ser diputados federales, es el legislador por Chiapas, Jorge Llaven Abarca. Entendemos sus motivos, pero en esta ocasión no podemos estar de acuerdo con su postura…
-En el Senado de la República, con el impulso de los senadores por Chiapas, Sasil de León Villard y Eduardo Ramírez Aguilar, se determinó entregar la Medalla Belisario Domínguez a la escritora Elena Poniatowska. Enhorabuena por esa decisión…
-Para los que tienen dudas todavía de que los ataques al titular de SOP, Ángel Torres, por las vialidades en Tuxtla tienen dedicatoria, ¿vieron quién estuvo más cerca del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández en su visita a Chiapas?
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