Ciro Castillo
El escándalo que provocó un beso del Dalái Lama en la boca de un niño en India, nos hace recordar que en tiempos de redes sociales el que no cae resbala.
Aunque la pieza de video que se “viralizó” en estos días habría sido grabada en febrero, deja muy mal parado al máximo líder del budismo tibetano.
En el pasado, cometer abuso contra sectores sociales vulnerables como la niñez y las mujeres, era, por decirlo de alguna manera, normal. Ahora con una mayor conciencia social y cultura de la denuncia, cualquiera puede ser denunciado ante las autoridades, pero también ser sometido al escrutinio en redes sociales.
¿Qué pasa con los liderazgos en el mundo y nos referimos tanto a religiosos como políticos? ¿Sus actos se vuelven cuestionables porque están más expuestos a la luz de la sociedad? ¿En verdad este tipo de personajes llegan a creer que están tan cerca de la divinidad que pueden hacer lo que sea sin consecuencias?
Tener un cargo público o un liderazgo dentro de la sociedad, lejos de implicar ciertos privilegios también lleva consigo obligaciones.
Quien, con una declaración, con una publicación en redes o con un simple gesto puede arrastrar masas también lleva sobre sus hombros una gran responsabilidad.
Todos estamos expuestos a cometer errores y todos podemos equivocarnos alguna vez, pero, se supone que quienes tienen un liderazgo dentro de una comunidad, un Estado, un país o en el mundo, están más preparados para ello ¿o no?
Aunque el Dalái Lama salió a disculparse por lo que, según él habría sido una broma, la imagen que se queda en el imaginario colectivo es esa, la de un líder mundial abusando de la inocencia de un niño.
Siempre quedará en el aire la pregunta que muchos se hacen respecto a otros personajes de la vida pública: ¿si eso hacen a la luz, qué no harán cuando están solos?
Por estas acciones de denuncia, aunque a veces corremos el riesgo de caer en excesos y en libertinaje, son positivas las “benditas redes sociales”…
¿Cuál es el motivo?
Siempre insistimos en la capacidad que tiene el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de dominar la agenda política mexicana desde su conferencia mañanera, la cual, por supuesto, no quiere soltar.
Es como dice él y como dicen analistas un estupendo instrumento para comunicarse con sus seguidores, pero también para llevar las riendas de la discusión nacional.
Ahora bien, lo que no comprendemos es la necesidad de meterse en líos con otras naciones y con otros contrincantes de la esfera internacional. Aunque ¿por qué con unos sí y con otros no?
Si es para generar polémica y mantener los reflectores apuntando hacia él nos parece que tiene toda la razón y es una apuesta, aunque arriesgada, astuta; de lo contrario, pero qué necesidad de caminar en la cuerda floja.
Se había venido metiendo hace unas semanas en un estéril debate con senadores de Estados Unidos, sobre todo republicanos, respecto del tema migratorio y control de armas.
Recientemente, desde la mañanera, informó que hizo un “reclamo” formal al gobierno de China para que hablara del tráfico de fentanilo de esa nación hacia Estados Unidos; sin embargo, la respuesta de la poderosa nación asiática no fue la esperada.
Una empleada “segundona” respondió a la carta leída por el mandatario mexicano, lo cual resultó contraproducente.
Por el contrario, cuando el “sobrado” mandatario de El Salvador, Nayib Bukele exigió la renuncia de funcionarios mexicanos tras la muerte de migrantes en Ciudad Juárez, AMLO respondió que tiene razón.
Por qué motivo el tabasqueño se pone a las patadas con quien no tiene posibilidad de ganar y por qué ante otros, como el impresentable de Donald Trump prefiere hablar de amistad y desviar la conversación.
Es extraño como a veces se conduce el fundador de Morena, quien dice no intervenir en temas de otras naciones, pero en unas sí en otras no.
Parece minimizar los temas internacionales, pero sí le gusta compararse en popularidad con mandatarios como el de India. Cuál es el motivo…
Aderezos
-Aunque ahondaremos en el tema, este martes el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, realizó una visita a Chiapas y volvió a ser notorio el arrastre que el tabasqueño tiene en la entidad. Por obvias razones, que ni al caso viene comentar, no tendría porqué ser de otra manera…
-Varios sucesos como la suspensión de una corrida de toros para el domingo de resurrección en San Cristóbal de Las Casas, por parte de un juez, hacen suponer que ha comenzado la debacle de Mariano Díaz Ochoa. No creemos que sea casualidad la tremenda movida de tapete que le están haciendo al tres veces alcalde de “coletolandia”…
-El diputado local, Yamil Melgar Bravo, ha pisado el acelerador y va que vuela para convertirse en el candidato natural de Morena a la presidencia municipal de Tapachula. No es poca cosa gobernar La Perla del Soconusco…
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