Sr. López
Para sorpresa de la familia autleca de este menda, tío Martín se hizo muy amigo de su exesposa después de años de ni tolerar que se la mencionaran por la alta concentración de queratina con que ella lo obsequió (cuernos, pues). La razón se supo pronto: su ex le había avisado con detalles acerca de cómo lo robaba su socio en un inmenso rancho lechero que tenían y bueno, la campanada de alarma se agradece, quien sea que toque.
Hay una revista seria y de prestigio en este planeta, The Atlantic, fundada en 1857 (sí, 166 años de antigüedad), con sede en Washington. Su contenido incluye artículos sobre política, economía, relaciones exteriores, ciencia, tecnología, cultura y artes. No sirve a ninguna facción ni partido político. La calidad es su divisa. No es un pasquín.
Deje eso en remojo. Hay un tal David Frum (David Jeffrey Frum), graduado simultáneamente en Yale en 1982, en la licenciatura en Artes y Maestría en Historia, y en 1987, doctor en Jurisprudencia por Harvard. En el año 2000 fue nombrado redactor de discursos en la Casa Blanca (presidencia de Bush, hijo). Es el editor principal de The Atlantic. No es un pelagatos.
Bueno, pues ayer, ese no-pasquín publicó un explosivo artículo de nueve páginas, firmado por ese no-pelagatos, titulado ‘The autocrat next door’ (“El vecino autócrata”), en referencia a México. Si le interesa busque en https://www.theatlantic.com/world/ (a media página, abajito).
Sorprende la amplitud del artículo. Presenta una imagen más que cercana a la realidad actual de nuestro país y las posibilidades y perspectivas de nuestro futuro inmediato, el de 2024; y resume la historia política de nuestro Presidente.
El artículo se subtitula: ‘La democracia liberal en México está bajo asalto. Peor, el atacante es el mismo presidente del país, Andrés Manuel López Obrador’.
Para cualquier simpatizante del régimen, es una majadera exageración; puede ser; pero el artículo no dice mentiras, no magnifica las cosas y sí permite calibrar cómo nos ven desde los EUA, porque acá, a fuerza de oír, oír, oír y oír al Presidente, ya nos acostumbramos y nada nos escandaliza, por ejemplo, su intromisión en el asunto de dónde debe instalarse la armadora de vehículos Tesla, que es una empresa privada y no es materia del Ejecutivo, y no nos espanta porque antes lo vimos cancelar la inversión del aeropuerto de Texcoco previa encuesta ilegal o la cervecera Constellation Brands, con el mismo método. En otros países esas cosas serían escándalo… y no suceden.
Su texto servidor no come lumbre y no transcribirá algunas afirmaciones de don Frum, pero sí otras que ratifican lo muy sabido como “(…) su Administración (de López Obrador) iniciada en 2018 carece de resultados notables y los estudiosos de México cometen un error al enfocarse en si pertenece a la izquierda o derecha pues su proyecto político está basado sólo en explotar los agravios previos (…) La verdadera historia de la llamada Cuarta Transformación es de grandes promesas pero de pocos resultados (López Obrador) es el presidente que llegó al poder por la decepción con el statu quo, que está perpetuando el statu quo y alimentando más la decepción”. Nada nuevo.
Dice también el artículo: “El errático y autoritario mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, está tramando poner fin al compromiso de un cuarto de siglo del país con la democracia liberal multipartidista (…) (López Obrador) está subvirtiendo las instituciones que defienden los logros democráticos de México, sobre todo el admirado e independiente sistema electoral del país. En el camino actual de López Obrador, las elecciones federales mexicanas del verano de 2024 pueden ser menos libres y lejos de ser justas”. Se repite, nada que no sepamos.
Agrega don Frum: “(…) si López Obrador logra manipular las próximas elecciones a favor de su partido, hará más daño a la legitimidad del gobierno mexicano y abrirá aún más espacio para que los cárteles criminales afirmen su poder”.
Ahí les aprieta el zapato a los vecinos del norte: “Todos los norteamericanos deben temer que el ganador final en México sea la autocracia o aún peor, el caos”, dice el autor. Y eso en su frontera sur, les preocupa porque la expansión de los cárteles del narco en medio de un posible caos mexicano se traduciría en mayores y tal vez inmanejables problemas en su propio territorio.
Y no es complaciente don Frum con su propio país: “(…) Las drogas fluyen al norte porque los americanos las compran. Las armas fluyen al sur porque los americanos las venden”. Pues sí.
Pero el Frum advierte que el Presidente quiere imponer un sucesor leal a él y que hacia el interior de su partido es fácil que lo consiga, pero no en el país por precisamente, el INE como ahora es, por eso su deseo de debilitarlo.
Añade que dirigido a esa imposición: “López Obrador está desarrollando otra herramienta de poder, tal vez la más amenazante: politizar a los militares (…) ha creado nuevas oportunidades para que astutos generales y almirantes, construyan riqueza personal (…) los mandos superiores que sucumban a la tentación necesitarán protección legal que puede venir de una sola persona: el Presidente (…)”. El Frum, tonto no es.
En el penúltimo párrafo de su artículo, Frum dice: “En los próximos meses, la democracia mexicana enfrentará duras pruebas. Si México puede superarlos se abriría un mundo de espacio para el progreso. De lo contrario, el país corre el riesgo de caer en el autoritarismo en su centro, rodeado de anarquía en el interior de su territorio”.
Bueno, no se preocupe de más. Ayer la Suprema Corte congeló la aplicación de la primera parte del Plan B para las próximas elecciones en el Estado de México y Coahuila. Dijo el ministro Alberto Pérez Dayán: “(…) lo contrario ocasionaría un daño a la sociedad, pues se modificarían las reglas previstas para los procesos electorales que se desarrollan en el país”.
Bendito sea el Dios en que cada quien crea: México no es Cuba, Venezuela, Nicaragua. Es mucho país. Sí, mucha patria.