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Con el objetivo de evitar riesgos para la salud de los tuxtlecos, por el rellenado y adulteración de licor, el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez a través de la Dirección de Verificaciones y Clausuras en coordinación con empresarios del sector restaurantero y de bares, realizó la destrucción de 12 mil botellas vacías de bebidas alcohólicas, de la que el presidente municipal Carlos Morales Vazquez fue testigo.
De este modo el titular de la dirección, Roberto Mijangos Nucamendi, explicó que la destrucción de botellas de lícor, forma parte de las acciones que se realizan para protección de la salud de los habitantes de Tuxtla Gutiérrez, pues el consumo de bebidas alcohólicas adulteradas se considera un serio problema de salud pública debido a la alta toxicidad y mortalidad asociada a ellas (que puede llegar hasta al 50% de los casos), por lo que requiere de un tratamiento oportuno de cuidados intensivos hospitalarios.
En ese contexto, detalló que la posibilidad de que el consumidor tome alguna bebida alcohólica adulterada es de hasta 40 por ciento, de acuerdo con datos que proporciona la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), quienes estiman que de cada diez botellas presentes en el mercado, cuatro son de licor adulterado.
Por lo que recomendó a la población que antes de consumir alguna bebida alcohólica, constate que la tapa de la botella no gire o escurra contenido; comparar junto a otras botellas que el llenado sea exactamente el mismo, pues es un proceso manual no tiene tanta precisión.
Además, se debe girar la botella y regresarla a su posición original, pues se notará como suben burbujas, si se ven partículas que caen, entonces se trata de un producto que no fue elaborado con suficiente calidad e higiene.
Mijangos Nucamendi, explicó que la mayoría de las etiquetas tienen un sistema de pegado horizontal que impiden sean retiradas completas, además se debe revisar que el holograma sea auténtico (sin tachaduras, enmendaduras, colocadas uniformemente, grabado láser, refracción de luz en cada parte del grabado que proyecta diferentes colores según el ángulo de incidencia de la luz) y que las etiquetas tengan relieves que se notan al tacto, estar bien pegadas y colocadas y sin estar sobrepuestas sobre otras.