Sr. López
En la Biblia, entre Proverbios y el Cantar de los Cantares, está el Eclesiastés, libro atribuido al buen Chalo (el rey Salomón, para usted que no lo trata), aunque la verdad -no lo ande contando-, lo más probable es que lo haya escrito un persa de los tiempos de Ciro, quien, ignorante del trancazo editorial que iba a ser, ni lo firmó ni lo registró (y luego los judíos se lo piratearon para su “Tanaj”, hoy Antiguo Testamento de la Biblia cristiana, atribuyendo la autoría a Dios y… ¡vaya usted a demandar al Creador por plagio!).
Bueno, toda esta vuelta fue para decirle que en el Eclesiastés está el refrán que reza: “Nada nuevo hay bajo del sol” (cita completa del versículo: “Nada habrá, que antes no haya habido;/ nada se hará, que antes no se haya hecho./ Nada nuevo hay bajo del sol”).
No se preocupe. No tiene su texto servidor un tardío ataque de piedad, ni se ha convertido a ninguna de las iglesias cristianas -protestantes-, con que pacíficamente convivimos en esta tierra de hombres cabales, nada de eso, es sólo que viene al pelo la cita:Ayer doña Sheinbaum, corcholata estelar del Presidente López Obrador a sucederlo en la chamba, en entrevista con Joaquín López-Dóriga en Radio Fórmula, hizo unas declaraciones que ponen en riesgo su hoy segura candidatura a la presidencia de la república (tan segura como que la encuesta de la que resultará elegida se hará en Palacio Nacional a una sola persona de iniciales Andrés Manuel López Obrador… nomás que quede aquí entre nosotros).
Lo malo de creerse (o saber) que es segura su candidatura tal vez le jugó una mala pasada y sin darse cuenta, soltó cosas que a su Jechu (Jefecito Chulo), no le gustan y no le gustan porque los Elegidos por el Creador, los Redentores y los Ungidos, no aceptan ni la menor desviación de sus enseñanzas. Mire usted, entre otras cosas, qué dijo doña Claudia Sheinbaum:“Cada quien tiene una manera personal de gobernar y personal de ser, en lo que coincidimos con el presidente López Obrador, y jamás lo vamos a negar porque estamos orgullosos de nuestro origen, es un proyecto de nación, que busca la justicia y el bienestar social que durante tantos años se le negó al pueblo de México”.
No suena mal, pero eso de que “cada quien tiene una manera personal de gobernar” con el añadido de que coincide en el “proyecto”, tiene un cierto aroma a indisciplina o al menos, a disciplina condicionada.
Varias veces ha afirmado este su texto servidor, que sea quien sea el que quede de Presidente, en este caso, Presidenta, de ninguna manera va a dedicar su sexenio a la defensa del que se fue (a su finca en Palenque), ni a ser su dócil marioneta, copia fiel del fundador y dueño de Morena (hasta el último día de su periodo, porque después, ni el teléfono le van a contestar). Así es la cosa, nada nuevo hay bajo el Sol.
Lo más que puede esperar López Obrador (y no es poco), es no ser perseguido como no ha sido perseguido ninguno de sus antecesores, por buenas razones y también por no buscarle ruido al chicharrón, que los que han sido presidentes, salen con alforjas de información. Lo dicho, nada nuevo hay bajo el Sol.
Sin embargo es manifiesta la convicción de este Presidente en funciones (se solicita información), que sus enseñanzas como Transformador patrio, serán fielmente seguidas, obedeciendo lo que él ha dispuesto como destino de la nación (y que 130 millones apechuguemos si no nos parece). Eso espera. Está seguro de que así será. Y hará todo lo que en sus manos esté para obtener esa fidelidad ovejuna. Por eso sus principales corcholatas tienen como factor común, historias que es mejor no se ventilen y por eso hay algunos que ni esperanzas deben tener de ser elegidos como candidatos a la presidencia: no tienen de dónde ser agarrados ni presionados o extorsionados.
Dijo más cosas doña Claudita, siempre entre frases de halago al Presidente, pero le ganó la certeza de ella en que ella es la elegida; por ejemplo: “(…) el humanismo mexicano que tiene que ver con una política muy estricta y al mismo tiempo una austeridad republicana que permita que el uso de los recursos públicos sea para los proyectos nacionales y el bienestar de la gente. En eso coincidimos con el presidente Andrés Manuel López Obrador”.¡Zaz!… o sea, doña Corcholata coincide con el actual Presidente en que el dinero público es para los proyectos nacionales y el bienestar de la gente… pues coincide en muy poco porque única y exclusivamente para eso es el erario, lo dice la Constitución y todas las leyes que tienen que ver con el gasto público, no es de López Obrador la idea, es así desde siempre (y en todos los países del planeta, por cierto). A poco se compromete doña Sheinbaum… a no malgastar, a no robar… pues ni modo que no.
Algo trae en la cabeza la señora porque también dijo:“Evidentemente cada uno de nosotros somos distintos: soy científica, nací en la CdMx, soy mujer, el presidente nació en Tabasco tiene una formación profesional distinta y una historia de vida también distinta, y eso se muestra en la historia de vida que hemos tenido cada uno de nosotros, y la manera en cómo gobernamos”.
Señora Sheinbaum, en buen plan, cuídese, cuide lo que dice. Eso de andar mencionando sus diferencias con el actual Presidente es ofensivo para su Héroe. Sí nació en Tabasco pero en Macuspana y su formación es modelo chancla pata de gallo, ¿qué necesidad de recordárselo?… ¿qué necesidad de mencionar que usted es científica? (cosa que para él, perdón, Él, es sinónimo de fifí aspiracionista)… y peor: qué necesidad de volver a decir que usted tiene su modo de gobernar, distinto al del actual inquilino de Palacio.
Si doña Corcholata está diciendo esas cosas para jalar votantes, se le recuerda que todavía no es candidata en campaña, cuando ya será muy difícil que la quiten… aunque con este Presidente nunca se sabe.
Por cierto doña Sheinbaum, se le recuerda (ahí averigüe por su cuenta), que ha habido candidaturas muy firmes que se han caído en un día… nada nuevo hay bajo el Sol.